Empecemos por qué entienden por cultura. Descarto que piensen que culto es ser como sus intelectuales, porque los esconden, es una rareza cuando salen por su televisión, a lo sumo les dan una columnita por allá lejos, de misericordia. Hasta Miguel Otero Silva está vetado en su periódico y le demolieron su quinta Macondo. No va por ahí.
¿Irá por sus universidades? Las que aplaudieron el Golpe de 2002, es decir, las universidades golpistas, alardean de su excelencia. ¿La excelencia de Nixon Moreno, Ricardo Sánchez, Stalin González et al.? Menos entiendo.
Tampoco abrazan la cultura popular, porque la detestan. Apenas vieron una muestra de ella en el desfile del 19 de Abril, la llamaron “sambódromo chimbo”. Y dice una de ellos que al Teresa Carreño hay que desinfectarlo de pueblo. Tampoco va por ahí.
¿Serán sus medios de comunicación? No es que los del gobierno sean el ideal que deseamos, pero al menos uno pone cualquier emisora pública a cualquier hora y alguien está tratando algún tema importante. En cambio las emisoras golpistas (porque dan golpes) son de una ramplonería inagotable. Creo que su cultura va por ahí, o sea, Las Vegas, Miami.
Si es por la calidad de sus dirigentes, salvo Henry Ramos Allup y Teodoro, aquello impacienta cuando no da lástima. La última muestra de inteligencia de su máximo candidato, nada menos que a la Presidencia, a quien Teodoro llamó “candidatazo”, Manuel Rosales, es que él no está en el Perú sino en Lima, lo que revela algo al borde de la debilidad mental porque proviene de alguien residenciado allí. Como la discapacidad se respeta, no sigo. Solo me pregunto, o más bien me explico, cómo llegó Rosales a lo más alto de una oposición que no hace sino proclamar y defender lo que Ortega (me refiero al Gasset) llamaba “la más torrencial chabacanería”.
O será que soy tan chaburro que no les capto su inteligencia ni les aprecio su cultura. Los chaburros hacemos, por ejemplo, el 7º Festival Mundial de Poesía, con un Premio Nobel de Literatura.
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