Recientemente se ha creado cierta polémica en torno al uso de una banda tricolor con 7 estrellas por parte de una dama que mientan “Miss Venezuela”. Buscando en mi mataburro inglés-español, descubrí que la palabrita “Miss” existe en español y significa literalmente: señorita. Ya con esto nos podemos hacer una idea de la alienación implícita en los concursos de belleza ya sean locales o internacionales.
- Mito nº 1: Las flamantes reinas de belleza representan a nuestro país.
Los concursos nada tienen que ver con gentilicio, patria, nación o
república venezolana. Las fulanas “misses” en primer lugar se representan
a sí mismas, a su ego, a sus ansias por sobresalir en el competido
mundo de la industria de la comunicación y el entretenimiento y luego
o tal vez al mismo tiempo, son el símbolo de la de la decadencia, el
racismo y el clasismo estúpido del capitalismo dominante. Cuando las
damitas en cuestión se colocan la banda tricolor con 7 estrellas, no
se trata de una inocentada y con ello manifiestan pertenecer a esa clase
política y económica reaccionaria que añora retomar el poder por
encima de la voluntad del pueblo revolucionario.
- Mito nº 2: Cuando una “miss” triunfa en un concurso internacional, gana Venezuela.
Las voces desaforadas de locutores y opinadores se desgañitan diciendo “!!!Ganó Venezuela, la Srta. Fulana de Tal, Miss Universo!!!. ¿Quién gana en realidad cuando una de estas damitas se erige en “Reina del Universo”? En este gran negocio obtienen dividendos las franquicias o fábricas de “misses”, amariconados “zares de la belleza”, cirujanos plásticos, canales de televisión, agencias de publicidad, modistos y faranduleros. Es una trata de blancas legalizada, mediatizada, matizada, para que los incautos inflen su pecho de orgullo “porque en Venezuela no sólo producimos petróleo sino mujeres lindas por carajazos”.
El país gana
cuando un gobierno como éste que lidera el Comandante Chávez incluye
a cientos de miles de compatriotas para el disfrute de educación, salud,
alimentación, vivienda y grandes obras de infraestructura, esto si
es para sentir amor patrio.
En fin, a no perder el sueño con las manifestaciones retrógradas de esos mercenarios de la carne y de las miserias humanas. El objetivo es la necesaria victoria del 26 de septiembre en las Elecciones a Cuerpos Legislativos y esa no nos la pueden arrebatar o se perdería esta República, que con sus errores y aciertos hay que seguirla construyendo con nuestra lucha revolucionaria, patriótica y revolucionaria. ¡Venceremos!
obarrios08@hotmail.com