El 18 de octubre de
1945, seis meses antes de terminar el período constitucional, y en
plena libre discusión política para candidatos a las elecciones de
presidente para el nuevo período, un golpe de facto militar, en connivencia
con el partido Acción Democrática y apoyo del imperialismo, derribó
al régimen elegido democráticamente por el pueblo venezolano.
La conspiración militarista
tenía sus raíces en las “logias”. Las logias estaban formadas
por pequeños grupos de oficiales ambiciosos que aspiraban a intervenir
en la política. Los oficiales comprometidos eran unos 150 de los 900
activos en el ejército.
El 19 de octubre una
junta de gobierno tomó el poder. Estaba integrada por dos oficiales
del ejército (el mayor Carlos Delgado Chalbaud y el capitán Mario
Vargas), cuatro dirigentes al servicio del imperialismo de Acción Democrática
(Rómulo Betancourt, como presidente, Luis Beltrán Prieto Figueroa,
Gonzalo Barrios y Raúl Leoni, que han sido el equipo fundador del partido)
y un independiente (Edmundo Fernández).
En su libro Cuatro
años de democracia, dice Medina Angarita: “El 18 de octubre constituyó
para mí una sorpresa; tenía, y no me duele proclamarlo, la confianza
más absoluta e inquebrantable de la lealtad acrisolada de los oficiales
del ejército nacional. No en la lealtad hacia un hombre, sino hacia
el presidente de la república y hacia la superioridad jerárquica,
no en la lealtad hacia un grupo político, sino hacia la Constitución
y las leyes de la república, que habían jurado defender, aun a precio
de la propia vida”. En esa obra, Medina explica cómo no quiso defenderse
para evitar una guerra civil, entregándose en cuanto comenzaron las
defecciones de oficiales al haberse apoderado los alzados de los puntos
clave.
El gobierno instaurado proclamó las bases de su acción política en un comunicado al país:
Lean el discurso de esos cara dura. “Esta noche, después del triunfo alcanzado por el ejército y el pueblo unidos contra el funesto régimen político que venía imperando en el país, ha quedado constituido un gobierno revolucionario provisional. Lo integran dos oficiales del ejército, el mayor Carlos Delgado Chalbaud y el capitán Mario Vargas; cuatro dirigentes de Acción Democrática, señor Rómulo Betancourt, doctor Luis B. Prieto F., doctor Gonzalo Barrios y doctor Raúl Leoni; y el doctor Edmundo Fernández, de filiación política independiente. Lo preside el señor Rómulo Betancourt.
Este gobierno provisional tendrá como misión inmediata la de convocar al país a elecciones generales, para que mediante el sistema de sufragio directo, universal y secreto, puedan los venezolanos elegir sus representantes, darse la Constitución que anhelan y escoger el futuro presidente de la república.
Este gobierno constituido hoy hará enjuiciar ante los tribunales, como reos de peculado, a los personeros más destacados de las administraciones padecidas por la república desde fines del pasado siglo. Están presos y deberán comparecer ante los tribunales a explicar el origen de sus fortunas, la mayor parte de esos reos contra la cosa pública. El general López Contreras y el general Medina Angarita, se encuentran entre los detenidos. Ninguno de ellos ha sufrido ni sufrirá vejamen en su persona, ni atropello de ninguna naturaleza. Pero deberán devolver a la nación y al pueblo lo que le usurparon mediante el deshonesto manejo de los dineros públicos. Severo, implacablemente severo será el gobierno provisional contra todos los incursos en el delito de enriquecimiento ilícito, al amparo del poder.
Tomaremos inmediatas medidas encaminadas a abaratar el costo de la vida y a elevar las condiciones económicas y sociales en que vive el pueblo. Sin demagogia ni aparatosidad, con sencillez de quienes están cumpliendo con su deber hacia la colectividad, afrontaremos con ánimo de contribuir a su solución, las más apremiante necesidades de las clases media, y obrera y campesina.
Garantizaremos el orden público, sin apelar a violencias coercitivas. Habrá garantía para el libre desarrollo de las actividades de todas las clases sociales. Será mantenido en vigencia el decreto de suspensión de garantías constitucionales, hasta tanto no sea recuperado el orden público turbado, para cuyo efecto pedimos y esperamos la colaboración ciudadana.
Por todo cuanto de promisor tiene para Venezuela el advenimiento de un régimen de intención honrada y de manos limpias, éste necesita ser asistido y respaldado por toda la nación. Los enemigos de la revolución popular y democrática triunfante querrán detenerla, para que de nuevo se entronicen la inmoralidad administrativa y la despreocupación ante los problemas públicos que secularmente han venido caracterizando a los gobiernos venezolanos. El pueblo venezolano, todas las clases sociales democráticas de la nación, nos respaldarán con su fervor solidario; y ese respaldo hará posible el logro de nuestro objetivo central como gobierno provisional: garantizar unas elecciones libérrimas, sin imposición ni parcialización ejecutivista por ninguna de las corrientes políticas en pugna, para que de las limpias manos del pueblo surja un presidente de la república lealmente asistido de la confianza nacional.
En política internacional mantendremos relaciones permanentes con todas las naciones democráticas, especialmente con los países Latinoamericanos, Estados Unidos del Norte, la Inglaterra laborista, y la Unión Soviética.
Al hablarle a la nación,
este gobierno provisional quiere exaltar el desinterés generoso y patriótico
de la oficialidad, clases y soldados del ejército, la marina y la aviación,
virtudes de las que han dado impresionante revelación con esta jornada
magnifica, la cual ha contribuido a que Venezuela comience a incorporarse
al número de las naciones realmente democráticas de América. Su actitud,
unida a la valerosa decisión del pueblo, ha hecho posible esta hora
en que la nueva Venezuela afirma su voluntad de hacer historia. Miraflores,
19 de octubre de 1945.—Rómulo Betancourt.—Mayor Carlos Delgado
Chalbaud.—Capitán Mario Vargas.—Doctor Raúl Leoni.—Doctor Luis
B. Prieto F.—Doctor Edmundo Fernández.—Doctor Gonzalo Barrios”.
Las medidas sobresalientes del nuevo régimen fueron: establecer un Jurado de Responsabilidad Civil y Administrativa, que procesó rápidamente y sin apelación ante los tribunales ordinarios a los ex-presidentes Medina y López y a sus colaboradores, condenados por enriquecimiento ilícito; expulsar del país a los dos ex-presidentes, al doctor Arturo Uslar Pietri y a muchos otros políticos; convocar a elecciones para una Asamblea Nacional Constituyente, que se reunió el 17 de diciembre de 1946. Aprobada una nueva Constitución (1947) y un nuevo Estatuto Electoral, se realizaron elecciones para presidente de la república en medio de grandes disturbios públicos.
El 14 de febrero de
1948, la junta de gobierno entregó el poder al presidente electo
don Rómulo Gallegos.
El pueblo venezolano,
esperanzado siempre, se dio a la tarea de recuperar su tiempo perdido.
Pero el régimen de partidos politizó excesivamente a los ciudadanos,
llevando incluso al sectarismo político a la escuela. Si bien muchas
d las medidas administrativas intentaban justificar el golpe de fuerza
que había permitido al partido Acción Democrática llegar al
poder en 1945, la excesiva politización llevó luego al pueblo
a la desesperación. Por eso cayó el régimen, sin lograr apoyo del
pueblo, cuando los mismos militares que habían dado el golpe de mano
el 18 de octubre decidieron derrocar a Rómulo Gallegos el 24 de noviembre
de 1948. El régimen de partidos fracasó lastimosamente.
¿Cuál revolución?,
fue un burdo golpe de facto ejecutado por un grupo de militares ambiciosos
y unos adecos oportunistas y ladrones. La pregunta de las mil lochas,
en vista de las acusaciones lanzadas por esos mafiosos contra los medinistas,
incluso los ponen presos, ¿Por qué no enchirolamos a todos estos delincuentes
adecos y les obligamos a devolver al pueblo venezolano, los miles de
millones de dólares que se robaron en todos esos años que fueron gobierno?
Lo que es bueno para el pavo, también es bueno para la pava.
¡Gringos Go Home!
¡Libertad para los cinco héroes de la Humanidad!
Hasta la Victoria Siempre y Patria Socialista.
¡Venceremos!