El clientelismo de la oposición derechista para ganar voluntades hacia los deseos de volver a los años dorados-democracia representativa-dictadura del negocio-, es la misma operación de las llamadas empresas con "responsabilidad social" tipo Econoinvest. Invierten en la cultura de las artes para pagarse y darse el vuelto. Es también,la práctica de las llamadas fundaciones del Estado de carácter privado que en el pasado recién les permitió visibilidad,representación y no menos dividendos a aquellos sectores autodenominados "sector de la cultura" en la cuarta república y que se identificaron como las voces ilustradas representativas con obras reconocidas...!!!!?...
Ahora bien,el clientelismo se instaló en Venezuela-como punto de inflexión- desde el inicio del fin de la dictadura perejimenista. El "consenso" puntofijista elaborado por las élites políticas y económicas fue el policlasismo como oferta populista para las masas con el sueño de ilusión con armonía que les garantizaban a través del Petróleo...Lo de la siembra no fué y sigue siendo una metáfora para engolosinar y sembrar culpas..sin asumir responsabilidades..El problema que ha generado el populismo de la democracia representativa no es otro que la cultura de la venezuela petrolera que se ha incubado y se resiste a marcharse gracias a sus élites estériles y parasitarias y también lamentablemente,en el imaginario colectivo...Por eso que unas elecciones no pasan de ser un tornéo retórico nominalista donde las ideas y el pensamiento están despachados.Un país que no se piensa es un país sin destino cierto,un país triste que solapa sus carencias con el espectáculo...
Estamos como lo dijo en su momento el padre de la OPEP, Pérez Alfonso..."..alocado interés por el dinero e irresponsable indiferencia de los venezolanos"...También lo expresó Francisco Mieres cuando en su angustia e impotencia ante el abandono irresponsable,reconoció que la sociedad venezolana tiene una inmensa carga de inmoralidad y cinismo la cual esconde con ese cretinismo de que somos un país dichacharachero y simpático...,la venezolanidad como negocio que nos recuerda el viejo eslogan turístico...Venezuela un país para querer..!!!..pero que paradójicamente,es un país triste producto de la incompetencia e irresponsabilidad de una dirigencia que desprecia a un pueblo gracias la certeza de que la memoria es una quimera....
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