Luego de reflexionar mucho y tomar apuntes sobre lo que ha ocurrido
en Venezuela, en los últimos 12 años, he decidido escribirte esta
carta, con mucha sinceridad y con afecto fraterno, tal vez no tenga
toda la razón y verdad, pero los argumentos pretenden que reflexionemos
juntos:
PRIMERO: Te pregunto ¿Cómo vivías tu vida y
existencia entre 1959 y 1999?, inclusive, si eres de la tercera edad,
cuáles eran las condiciones de tu trabajo, de tu familia, de tus hijos e
hijas. Si te enfermabas, cómo eras atendido o tenías asegurada la
atención a tu salud o la de tu familia. Si trabajabas en el sector
privado, te pagaban un salario digno y justo para vivir, si te despedían
te pagaban las prestaciones sociales que te correspondían, o tenías que
acudir a un tribunal, donde pasaban 6 años, 10 años o más de lucha. Qué
futuro te ofrecían para ti y tus hijos, que futuro tenía tu mujer. Si
eras la mujer que criaba sola a sus hijos, que garantía de progresar y
de darle seguridad alimentaria, en salud y educación a tus hijos, les
brindaba la sociedad o el Estado.
Disculpa, sé que son muchas preguntas para reflexionar, pensar y
recordar, pero creo que hacer nuestra propia historia de vida, personal y
familiar, ayudará a ubicarnos en la realidad. Te invito a que redactes
tu propia autobiografía, desde tu nacimiento o desde lo que conoces fue o
es la vida de tus padres y abuelos, seguro que han sido unos
trabajadores en cualquier área. Es decir, que eres de la clase de los
trabajadores, aunque hoy seas un profesional o te ubiques en la llamada
clase media. Esa autobiografía te ubicará más en la realidad, te
centrará. Detén la lectura y comienza a redactar tu autobiografía,
establece una hora, para iniciarla y continúa luego el tiempo que
requieras.
SEGUNDO: Nuestros muchachos: Recuerdas
cuando los muchachos que salían de bachillerato, tenían que organizarse
en comité de conflicto y luchar para poder ingresar a las Universidades
Nacionales. Y si no lo lograban que eran miles todos los años, se
frustraba la existencia de esos jóvenes, de muchos hijos, hermanos o
amigos nuestros. Y los que no se graduaban de bachiller, otros miles,
que buscaban hacer un curso en el Ince, para salir a trabajar, a ganarse
la vida para ayudar en su casa o mantenerse. Pero lo peor, eran
nuestros muchachos que se iban por el mal camino, tu trabajando en un
negocio de arepas, como secretaria de una empresa, como obrero o
corredor de seguros, agente de ventas y con todo el esfuerzo realizado
para criarlos, el muchacho se descarriaba o la muchacha salía preñada.
Pero la cosa era más grave si vivías en un municipio rural, allí no
había muchos liceos y para estudiar en las Universidades Nacionales,
costaba mucho dinero, había que pagarle a nuestro hijo o hija la
residencia, la comida, la inscripción, el transporte, mejor era que
hiciera un curso y que se pusiera a trabajar en lo que pudiera.
TERCERO: La enfermedad: Me contó un amigo
de la oposición lo siguiente: Que situación tan difícil, cuando se
presentó la enfermedad de mi esposa. La clínica se comió toda la plata
del seguro y me pedían que la sacara para un hospital, eso fue en 1989,
tuve que pedir prestado y luego hipotecar la casa con un usurero, total
perdí la casa que con tanto esfuerzo y años de trabajo obtuvimos. Me fui
a vivir, de nuevo, en casa de mis padres, mi esposa aún vive, por
suerte. En el 2008, se enfermó un hijo y pude atenderlo primero en un
CDI luego en el CAT, todo fue gratis.
CUARTO: La vivienda: Mi amiga opositora me
narró su problema: Nos tocó vivir 15 años de matrimonio con mis padres,
hasta que conseguimos un apartamento, que nos costó casi la mitad de mis
ingresos, eso fue en 1974. Comíamos lo necesario, mi esposo tenía un
trabajo de corredor de seguros y yo vendía ropa, zapatos y fantasías,
para cuadrar el gasto de los muchachos en el colegio, parecía que nunca
íbamos a pagar el apartamento. Había meses que los números o los
bolívares no nos alcanzaban para todos los gastos. Aplicaban los
intereses sobre los intereses, y subía la deuda, era casi un tormento
nuestra vida.
QUINTO: Los sueños: Recuerdas la Televisión
venezolana comercial, como nos hacían soñar con falsos deseos, el
tiempo libre ocupado con programas estúpidos, que nos desligaban de la
realidad, de nuestra comunidad, nos imponían la idea de que la vida en
EEUU y Miami era el ideal, la máxima aspiración; no sentíamos el orgullo
de ser venezolanos, como si lo sentimos ahora. Vivíamos en el mundo
irreal, de las novelas rosa, de las películas de Hollywood, nos mentían
en la historia, nos mentían los políticos, decían una cosa en las
campañas y hacían otra al llegar al gobierno. No nos reconocíamos a
nosotros mismos, como venezolanos, mestizos, negros, indígenas,
herederos de una historia patria gloriosa, llena de luchadores por la
libertad y la emancipación. Hoy tenemos sueños, muchos se están
realizando o están realizados, como el de aquellos que no sabían leer y
escribir o que querían graduarse de bachiller o estudiar una carrera
universitaria. Los sueños se hacen realidad hoy.
ELECCIONES DEL 7 DE OCTUBRE DEL 2012: Mi
amigo Pedro de la Oposición me dijo: “nunca he votado, lo voy a hacer
por primera vez y lo haré por Chávez, creo que se lo merece”. Y una
opositora, Luisa me dijo: “siempre había votado por la oposición, pero
en esta oportunidad lo voy a hacer por Hugo Chávez, en verdad es un
hombre de corazón grande, los revolucionarios están pensando en los
ancianos, en los niños, en las mujeres embarazadas, en la vivienda para
los más pobres, en el trabajo para los más débiles, nos están ayudando a
todos”.
Creo que muchos amigos de la oposición, podrán leer esta carta, redactada con sinceridad. Por supuesto, deben haber observado que no es para los dirigentes de la MUD. No somos perfectos, hay fallas, pero Venezuela, el pueblo y cada familia, saben que ahora tenemos grandes oportunidades, para ser mejores, con amor, trabajo y educación. El socialismo es la esperanza. La patria nos llama, nos convoca.