Los izquierdosos no luchan por principios políticos sino por la limosna que les otorga el imperialismo. Estuvieron contra Stalin, más tarde contra Fidel, ayer contra Gaddafi, hoy contra Siria; critican a Chávez y todo lo que él representa. Estos seudo izquierdistas que quieren atar al pueblo venezolano al carro de la guerra del imperialismo, se cubren con la máscara de la “democracia” son ahora nuestros peores enemigos y los traidores directos del pueblo venezolano. Tenemos que aprender a odiar y a despreciar a estos agentes de la CIA porque nos envenenan la conciencia. Estos agentes encubiertos, “democráticos”, son especialmente peligrosos, pues tienen más posibilidades de engañar a las masas que los agentes descubiertos de la CIA.
El fracaso de la izquierda burguesa de cafetín, fue también el fracaso de todas las concepciones reformistas de la democracia adeco-copeyana. Es cierto que siguieron afirmando hasta el fin que teníamos esperanzas de un “futuro mejor”, en la “regeneración de su democracia parasitaria”; este pasivo optimismo reflejaba únicamente la inercia de sus dirigentes, pero no se sustentaba en ninguna perspectiva independiente, consideramos que esta posición fue suicida en el más amplio sentido de la palabra. Mientras exista el imperialismo los pueblos de nuestra América no podrán liberarse y los oprimidos no podrán derrotar a la burguesía. Nuestro enemigo es el imperialismo señores izquierdosos, los problemas internos debemos resolverlos nosotros mismos y no nuestros enemigos de clase. Esta es la línea divisoria fundamental entre la política de la lucha revolucionaria y la política sin principios.
La mayoría de los venezolanos conocemos, aunque sea a rasgos generales, las causas y problemas de nuestra Revolución. Es la primera revolución en defensa de las masas oprimidas, donde el pueblo tiene un protagonismo real. El objetivo de nuestra Revolución es abolir la explotación y la desigualdad entre las clases, crear una nueva sociedad socialista basada en la propiedad colectiva de la tierra, el petróleo, las minas y las fábricas, para lograr una distribucción racional y justa de los productos del trabajo entre todos los venezolanos.
Nosotros, los venezolanos, estamos comenzando la revolución socialista, es decir, vamos dando los primeros pasos audaces hacia el futuro. Pero los pueblos hermanos de nuestra América comenzarán su lucha revolucionaria inmediatamente después que nosotros, conquistarán el poder en todos los países. Para lograr sus objetivos los pueblos hermanos tienen que crear sus organizaciones y el partido político “único”.
En nuestro proceso una capa de burócratas, secretarios de los sindicatos y de otras organizaciones, diputados, periodistas, quinta columna, rojo-rojitos, etcétera, se elevan por encima del sector explotado. Los eleva tanto sus condiciones materiales de vida como su influencia política. Pocos son los que mantienen una relación sana con el pueblo y permanecen leales a sus intereses. Los más comienzan a mirar a los que están por encima de ellos en lugar de mirar a los que están debajo. Se ponen del lado de la burguesía, olvidando los sufrimientos, las miserias y las esperanzas de las clases trabajadoras. Esta es la causa de muchas de nuestras derrotas.
El control sobre la economía y la distribucción de las mercancías da a la burguesía venezolana la oportunidad de concentrar toda la autoridad en sus manos, evitando que el pueblo tenga acceso al poder. En lo que hace a la situación material, el estilo de vida de la capa superior de la burocracia es el mismo que el de la gran burguesía de los oposicionistas. La capa media vive más o menos como la burguesía mediana, y el pueblo trabajador, finalmente, viven en condiciones mucho más difíciles que estos burócratas.
Desde el momento en que en Venezuela la quinta columna y los rojo-rojitos se impongan al pueblo pobre, la lucha de las masas se dirigirá naturalmente contra la burocracia como obstáculo principal en el camino al socialismo. Para justificar su existencia, estos bandidos, explican que “se ha llegado” al socialismo gracias a sus esfuerzos. En realidad, la cuestión social sólo se resolvió para ellos, cuyo nivel de vida dista de ser malo. El pueblo oprimido no logrará su emancipación bajo la dirección de estos oportunistas y aprovechadores.
La mentira está determinada socialmente. Refleja las contradicciones entre los individuos y las clases. Allí donde las contradicciones sociales tienen una larga historia; en una época como la actual, cuando las luchas entre las clases y la burguesía se han exacerbado como nunca, la mentira adquiere un carácter turbulento, tenso y explosivo.
Además, ahora la mentira de la MUD cambia día tras día, tienen a su disposición la prensa escrita, la radio y la televisión. En el coro mundial de mentiras el imperialismo no está precisamente a la retaguardia.
manueltaibo1936@gmail.com
¡Gringos Go Home!
¡Libertad para los cinco héroes de la Humanidad!
Hasta la victoria siempre y Patria Socialista.
¡Venceremos!