¿Qué hacer con Yago?

En Venezuela. Apenas Otelo y Desdémona se avenían, zuas Yago les clavaba una cizaña, hasta que Otelo, enloquecido por celos infundados, asesina a Desdémona, la más buena mujer concebida por la imaginación, así como Yago es el más pérfido personaje de la literatura. Perverso, marrullero, avieso, infame, alevoso, que conocía al dedillo las debilidades de Otelo, extranjero, feo, viejo, moro, acomplejado. Pero no más que Yago, resentido porque Otelo puso de lugarteniente a Casio y no a él. Yago enreda a Casio en una telenovela depravada para indisponer a Desdémona con Otelo, que la amaba con pasión de celoso. Ella también a él, pero Otelo no entiende que una niña mantuana, linda y virtuosa pueda amar a un «caballo de Barbaria», como lo llama Yago. “I am not what I am,” ‘no soy lo que soy’, dice Yago desde el comienzo, pero nadie se recela y todos lo llaman “honest Iago.” Lo cuenta Shakespeare en La tragedia de Otelo, el moro de Venecia.

La habilidad de Yago con las sicologías le sirve para ir regando una red de discordias. Suena familiar, ¿verdad? Pasó en Ruanda, Georgia, Libia, Siria, Irak, Panamá, Centroamérica, Chile, el Río de la Plata, Ucrania, Venezuela… No siempre funciona, pero todas las veces hace daño.

Por eso me pregunto qué hacemos con Yago en Venezuela. Se instala la Conferencia Nacional por la Paz, Lorenzo Mendoza de Polar reconoce los beneficios de la Revolución Bolivariana, el presidente de Fedecámaras llama a Nicolás Maduro «presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela». El chamo que llamó a matar a la hija de Diosdado reconoce su criminal paparrucha. Retrogradan las guarimbas. John Kerry declara que quiere mejorar las relaciones. ¿Qué hace Yago?

Sigue guarimbeando. Robert Alonso arenga valientemente desde Miami. Un brujo brasileño se rasca con una caipirinha piche y predice la caída de Nicolás en cosa de horas. ¿El general Vivas seguirá instigando valientemente la valiente colocación de guayas? ¿Qué piensa hacer la comandante MariCori, aparte de huir valientemente de la Asamblea Nacional? La MU$ dice que la Conferencia de Paz es un «simulacro de diálogo». Henrique Capriles se niega a formar «comparsas por la paz». CNN escamotea la Conferencia de Paz, que apenas nombra; solo habla de «tensión en Venezuela», o sea, sigue con su agenda infernal. Yago. Lo mismo la prensa privada, que o ignora o minimiza la conferencia desobedeciendo la aparente línea de Fedecámaras y Polar. La OEA sigue urdiendo trastadas, que Roy Chaderton desmantela. O sea, Yago sigue. ¿Hasta cuándo? ¿Ya el Imperio dio marcha atrás como con las guarimbas de 2004? ¿O será que Yago se mudó de la Casa Blanca? Me cuesta creerle a Barack Obama ni tantito así. Igual me pasa con los corderitos que acudieron al llamado de Nicolás. No sé cómo creerles. ¿Ya Mendoza no atravesará sus gandolas en la autopista como en las guarimbas de 2004? ¿La guerra económica y la guarimba se hicieron o sirvieron para negociar ahora el reflujo de la Revolución? Es por una duda que tengo. No es imposible que cambien, pero con el honesto Yago hay que andarse con recelo.


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Roberto Hernández Montoya

Licenciado en Letras y presunto humorista. Actual presidente del CELARG y moderador del programa "Los Robertos" denominado "Comos Ustedes Pueden Ver" por sus moderadores, el cual se transmite por RNV y VTV.

 roberto.hernandez.montoya@gmail.com      @rhm1947

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