Golpistas llaman las barricadas mortales barricadas de la libertad, no joda

La oposición sigue en su trabajo psicológico-mediático-golpista, de eso no hay la menor duda. Tienen sus laboratorios de guerratrabajando las 24 horas del día. Las pruebas están a la vista.

Veamos. El valiente gobernador Vielma Mora, al inicio de esta escalada de violencia, denunció la presencia de cuerpos paramilitares en el Táchira, que estaban actuando en las guarimbas. Esta denuncia de paramilitares en Venezuela no es nueva. Ya en una oportunidad más de cien paramilitares colombianos fueron detenidos en el país, quienes planificaban una acción comando para matar a Chávez. El tachirense común siempre refiere la presencia de estos grupos en el Táchira, incluso el opositor alcalde del fronterizo municipio tachirense de Ureña denunció, en los medios de comunicación, que en efecto paramilitares colombianos estaban cruzando la frontera  (http://www.avn.info.ve/contenido/alcalde-antichavista-t%C3%A1chira-admite-presencia-infiltrados-movilizaciones-derecha).

No obstante a las denuncias y las pruebas dadas a conocer por el gobierno nacional y regional, la oposición comenzó a quebrar el concepto de que los manifestantes opositores estaban utilizando paramilitares en sus acciones violentas, en contra del gobierno nacional.  Que la cosa era lo contrario. En el guión de esa guerra psicológica, el ahora detenido alcalde de San Cristóbal, fue uno de los primeros en señalar que el gobierno estaba utilizando paramilitares en contra de la población. De allí en adelante todos los opositores, incluyendo letrados universitarios, comenzaron a señalar que el gobierno nacional estaba haciendo uso de fuerzas paramilitares para atacar a la población, a los manifestantes pacíficos. En efecto, ahora, luego de varias semanas, el mensaje pareciera que logró su objetivo: la gente común, en las colas, en los medios, en las redes, por doquier, habla de que el gobierno está utilizando paramilitares.

Similar ha ocurrido con los círculos bolivarianos, con los médicos cubanos, con los colectivos: todos han sido sujetos de manipulación para imponer una animadversión hacia ellos. De allí la furia y el odio desatado. Sin ir muy lejos, la oposición sembró un odio irracional en contra de nuestro máximo líder. Chávez fue, en vida y aun después de muerto, sujeto de toda la visceralidad, de la hiel descompuesta, que la oposición inoculó en vastos sectores de la población; sobre todo en las clases medias y altas de la sociedad. Todas las cualidades incuestionables de nuestro eterno Presidente, fueron desmontadas a través de un continuo trabajo de guerra psicológica. Chávez, que demostró amor profundo hacia su pueblo, no sólo con palabras sino con hechos y acciones, fue desdibujado por la canalla mediática dirigida por los opositores y vendido a la opinión pública nacional y mundial como un sangriento dictador.

Como un ejemplo de lo anteriormente dicho, un hombre que sin dudas tenía una inteligencia asombrosa, percibida en cada una de sus intervenciones, capaz de citar de memoria párrafos completos de libros de distintos autores y géneros, capaz de salirse de la línea central de su discurso y volver a él luego de varios minutos sin perder la secuencia de lo hablado, un hombre que demostraba un amplio conocimiento en diversos campos como la geografía, la economía, la política, lo militar, la sociología, la historia, incluso en la literatura y  la poesía, la oposición siempre lo quiso hacer ver como un ser ignorante, inculto, carente de sapiencia y preparación alguna, incluso tildado de orate.  Esa fue una de las tantas guerras que tuvo que enfrentar Chávez. Aunque nunca vencido, siempre esas acciones psicológicas-mediáticas encontraron eco. Parte de ello, está siendo aprovechado por la oposición en esto momentos, para mantener sus acciones violentas: la disociación psicótica.

Ahora, en esta nueva cruzada opositora, la violencia golpista afinca esa estrategia de guerra psicológica: hacer ver otra cosa distinta a la realidad y crear conformidad en la gente que los sigue, así estén padeciendo de los efectos de su propia violencia. Las barricadas son un excelente ejemplo de ello. Las barricadas se hicieron con el propósito de impedir o limitar la acción de los cuerpos de seguridad del Estado en contra de los manifestantes violentos, pero al mismo tiempo son una suerte de trinchera para la protección y el ataque. Estas estructuras hechas en principio con basura, tierra y escombros, tal como fue concebido por los laboratorios de guerra en el Táchira donde se aplicaron por primera vez, se fueron haciendo cada vez más sofisticadas, más mortales y sangrientas. A las barricadas incorporaron materiales más sólidos, como grandes containers, pero también inmensos troncos de árboles, postes de luz, semáforos, vallas publicitarias y de tránsito. Algunas, incluso, fueron construidas como verdaderos muros de bloques, cemento y cabilla.

Las barricadas están a su vez protegidas: para ello colocan alambres de púas, atravesados en las vías, en áreas cercanas a las barreras. También levantan alcantarillas para protegerlas, siembran de miguelitos, suerte de mangueras con grandes clavos,  entierran a presión trozos de cabillas en el asfalto o esparcen aceite sobre el pavimento. Están autoprotegidas, en su interior, con largas cabillas, con trozos más pequeños de cabillas soldados a la mismas, una especie de peine metálico. En otros casos, colocan en su interior envases llenos de gasolina, los cuales están diseñados con el propósito de hacerlos explotar cuando las circunstancias lo ameritaran. Por último, los que construyen,  mantieneny protegen las barricadas, utilizan cualquier recurso para defenderla, desde piedras hasta armas de fuego.  Como ven, no están hechas sino para la muerte, para matar personas.

Hasta el momento, en el país las acciones violentas han provocado unas 29 muertes. La mayoría de estos asesinatos están asociados a las barricadas. Gente que ha muerto degollada, que ha impactado contra ellas, han muerto asesinados por las alcantarillas levantadas, por el aceite en la vía,  que le han disparado y matado por querer pasar por una de ellas o por querer quitarlas o por impedir que las coloquen, por no poder pasar en emergencia hacia un centro médico. Éstas han sido muertes directas, cuantificadas, provocadas por las barricadas. Pero hay muertes indirectas, como la gente que ha quedado aislada, sin poder acceder a cualquier vital servicio, gente que no ha podido ser socorrida a tiempo por los bomberos, protección civil o por los cuerpos de seguridad del Estado. Gente que muere porque los insumos no llegan a tiempo a los hospitales o porque no puede el paciente llegar a su consulta o porque los médicos no pueden asistir a sus sitios de trabajo a pasar consultas o para practicar una operación de emergencia a un paciente que lo requiera (http://www.lanacion.com.ve/infogeneral/servicios-medicos-estan-muy-afectados-por-cierre-de-vias-y-barricadas/)  o porque no pueden ir a las farmacias a comprar sus medicamentos (http://www.lanacion.com.ve/infogeneral/se-agudiza-la-escasez-de-medicamentos-por-trancas-y-barricadas-en-san-cristobal/). Esas muertes o gravedad de enfermedades, ocasionadas de manera indirecta por las barricadas, tal vez nunca lleguen a conocerse, a cuantificarse.

Las barricadas construidas por los opositores fascistas son, entonces, definitivamente mortales, sangrientas, criminales. Pero ya la oposición lo visualizó: de mantenerse las barricadas la gente, opositora o no, los odiará, se volteará en contra de ellos pues ya son muchas las muertes, el malestar, el hastío, que ocasionan las barricadas (http://www.noticias24.com/venezuela/noticia/224691/en-video-un-conductor-embiste-su-carro-contra-una-guarimba/). Ya la gente está arrecha de no poder circular libremente, de no poder ir a su sitio de trabajo, de llevar los niños al colegio, de no poder estudiar, graduarse, de que se le muera un familiar o amigo, de no poder asistir a un funeral, por culpa de las barricadas.

En consecuencia, los laboratorios opositores precisaron que esa mala imagen había que corregirla y convertirla en imagen positiva, a sus intereses fascistas-golpistas. La solución llegó: las asesinas barricadas hay que dejarlas, pero deben ser llamadasbarricadas de la libertad. Así de sencillo. Pero además hay que cambiar la imagen de su objetivo, la razón inicial de su construcción y los tiempos históricos. Ahora las barricadas no fueron construidas al inicio del conflicto violento promovido por Leopoldo López, María Corina Machado y Daniel Ceballos, no, ahora las barricadas fueron construidas mucho después. Las barricadas de la libertad se construyeron para proteger a las personas de los paramilitares del gobierno que luego del 12F comenzaron actuar en contra de las pacíficas manifestaciones.

Esa es la línea para la campaña psicológica, así lo oímos ahora en todas partes, lo dice la encopetada en la marcha opositora, lo dicen en las redes sociales, lo dicen los connotados consejeros universitarios, lo dicen los decanos, los rectores de las universidades: son barricadas que están siendo construidas para proteger al pueblo de las acciones violentas del gobierno Castro-comunista y de sus colectivos. Son barricadas, para la paz, el amor y la libertad que no existe en Venezuela. Para acabar con esta dictadura, para salir de Maduro (#LaSalida). Pero además hay que insistir, según  el plan fascista, que las personas que han muerto no han sido asesinados por las barricadas, no, han sido asesinadas por el propio gobierno quien está matando a los chavistas que se oponen a las barricadas. Así como también hay que acusar a este gobierno de estar matando a los GNB que están luchando, por órdenes del propio gobierno, por eliminar las barricadas. ¡No joda!.

La tarea por parte del gobierno y de quienes lo apoyamos, es desmontar estas matrices de guerra psicológica que genera la oposición. Siendo así, deben fijarse estrategias que impidan que la guerra opositora gane más espacio, hay que neutralizarlos. Para eso sabemos que se cuenta con suficiente equipo humano y apoyo tecnológico. Por nuestra parte, ya la advertencia está hecha, la estrategia opositora está develada.

(*) Profesor Titular, ULA.

Email: heribertogomez60@gmail.com

@ulandino



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Heriberto Gómez

Profesor Titular, ULA

 heribertogomez60@gmail.com      @ulandino

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