Su codicia insaciable y patológica se manifiesta en su deseo exagerado de bienes, dinero y poder… No conoce límites para satisfacer su enfermiza ambición (incluso llega al crimen sádico, patético y descuartizador). La crueldad del asesinato (la guerra, la muerte atroz) y el exterminio son parte inherente a su naturaleza lucrativa (la violencia es parte del marketing)... Y si para activar el mercado necesita matar millones de seres humanos, masacrará con frialdad y sin escrúpulos… Por eso ha convertido la guerra en empresa, pues el exterminio es hoy su arma de poder y su más lucrativo negocio (el exterminio es para la derecha mundial la fuente más repudiable de ganancias), de hecho arrasa pueblos y poco a poco ha ido destruyendo al planeta Tierra.
Y por eso miente, porque la mentira es el mejor argumento de su catecismo ideológico… Este es quizás su rasgo más inhumano e insensible que le conduce a esquilmar, saquear, robar, invadir, corromper, estafar, engañar, martirizar, torturar, descuartizar, sobornar, envenenar, traicionar, etc. ¡Es esta la causa de que la derecha sea tan retorcida…! Su apetencia cada vez más exacerbada y desmedida de cosas y objetos le desarrolla un egoísmo cínico, maligno, sanguinario, malévolo. El afán incontrolable y exagerado de poder económico, religioso, cultural, político, le ha hecho creer que todo lo que existe en este planeta es suyo, sobre todo y especialmente lo ajeno…
Es entonces la de esta gente una personalidad desequilibrada pues la desvergüenza de su desfachatez es inmoral y su afán de altura les arrastra a la bajeza...
Ah, y lo más torcido de la derecha –lo peor de su mente turbia– es creer que lo malo no es malo si le da buenos dividendos… También cree que lo ético es simple estuche estético, o apariencia y forma (maquillaje y vestuario). Por eso esta derecha gusta tanto de la parafernalia ostentosa (carros de marca, ropa de marca, relojes, joyas, perfumes y lociones de marca, etc). De hecho su escenario predilecto son los espacios recargados, lujosos, y mientras más costosa sea una cosa mayor será la necesidad de poseerla –sin que le importe el derroche ni el despilfarro, porque el lucro desmedido es la característica que mejor describe a la derecha retorcida… Y en su ridiculez natural se regocija del ornato exagerado (las decoraciones aparatosas y medievales le producen alucinación y delirio). Esta contradicción revela un inmenso vacío espiritual, porque mientras más tiene más ambiciona y mientras más codicia bienes materiales mayor es la pobreza de alma pérfida…