El cálculo politiquero no funcionó. Las redes sociales fueron inundadas por rumores. Factores fascistas pretendieron desvirtuar la verdad, pero no lograron la meta. Los que les quedó fue la impresión emocional que tardarán en superar.
Y es que la caída del puente Guanape II, ubicado en el sector Punta de Mulatos, parroquia La Guaira, del estado Vargas, la utilizaron con fines politiqueros, manipularon la verdad, mintieron. Sí es cierto que se derrumbó el puente, pero de inmediato las autoridades regionales y municipales se encargaron de la situación.
Así, la Gobernación de Vargas, con su titular y el tren Ejecutivo, se hicieron presentes en el sector para coordinar las acciones a tomar desde el pasado miércoles, día de la caída del paso vehicular en horas de la tarde. Toda la noche, a pesar de la intensa lluvia, trabajadores, cuerpos de rescate, Protección Civil, cuerpos policiales, médicos y paramédicos, Guardia Nacional Bolivariana prestaron servicio, apoyo y fueron guías para trasladar a las personas que se quedaron varados de uno y otro lado.
La oposición, el fascismo, jugó adelantado. Condenó la caída del puente como producto de la desidia del gobernador, Jorge Luis García Carneiro, sin tomar en consideración que la estructura cedió a consecuencia de los años instalado y pese al refuerzo en sus bases.
Voceros del fascismo, diputados de la resquebrajada Asamblea Nacional y otros politiqueros pretendieron magnificar el hecho como falta de gobierno, pero a la fecha de hoy viernes ya está abierta la llamada “trocha” y en el sitio ya están los materiales y la estructura para el nuevo puente.
Los diputados opositores nada han hecho por Vargas. Durante la tragedia de 1999 los antecesores de estos parlamentarios nada hicieron, hoy tampoco nada hacen, salvo intentar ganar “prestigio” ante un hecho que afecta a todos por igual, pero con la salvedad que el gobierno regional se hizo presente a tiempo.
Y es que el trauma que le queda a los opositores es severo. “Choque o impresión emocional muy intensos causados por algún hecho o acontecimiento negativo que produce en el subconsciente de una persona una huella duradera que no puede o tarda en superar”, así quedaron los opositores.
