Increíble. Nada más que increíble. Quien le dio piso jurídico, legal al Golpe de Estado de Pedro Carmona Estanga, junto a los militares felones, hoy denuncia que el TSJ, por órdenes del presidente Nicolás Maduro, desconoce a la Asamblea Nacional, es decir, que fracturó la legalidad del Poder Legislativo.
Allan Brower Carías sufrió esa metamorfosis que transforma a los golpistas y asesinos de ayer hoy en “presos y perseguidos políticos”. No es que se le extravió la memoria. No. Creen hacer creer que todo el pueblo venezolano y más allá de nuestras fronteras el olvido se apoderó de todas y todos.
El Decreto de marras del jurista hitleriano disolvió los poderes públicos en Venezuela aquel 12 de abril de 2002. Fueron destituidos diputadas y diputados, el Fiscal General, el Defensor del Pueblo, las y los integrantes del Poder Electoral. No quedó piedra sobre piedra, y la persecución de dirigentes y activistas políticos fue feroz, allanamientos del edificio administrativo de la Asamblea Nacional, concejos comunales y municipales, alcaldías y gobernaciones, detenciones de diputados y ministros y el secuestro del presidente de la República constitucional y legal.
Los mismos que ayer se pronunciaron favorablemente por un gobierno de facto, como los dirigentes de Primera Justicia, AD, Copei y Voluntad Popular, hoy se rasgan las vestiduras al denunciar el supuesto golpe de Estado.
El cinismo, el caradurismo y el fariseísmo hoy están a la orden del día. Sólo falta que el dictador Carmona Estanga se pronuncie desde Colombia, igual que el Departamento de Estado le de el texto al mercenario internacional Luis Almagro para que denuncie lo que ellos promueven contra nuestra patria.
Crónica de lo absurdo.
