Ni en un gallinero al amanecer, se escucha tanto escándalo, como el que han armado algunos sectores y personajes de la oposición, a raíz de la respuesta que la Contraloría General de la República le ha dado al diputado José Brito, sobre el estatus jurídico de María Corina Machado. Que está inhabilitada para ejercer cargos públicos desde el año 2015, ella lo sabe. Como lo saben otros que están en igual condición; y, también se inscribieron para participar en las elecciones primarias de la oposición de cara al proceso electoral presidencial del 2024.
La manera como ha actuado la oposición, en contra de la Revolución Bolivariana, nos dice que estamos en presencia de un proceder antidemocrático y fascista; los métodos utilizados han tenido como objetivo generar un caos y una neurosis colectiva; se han valido de muy diversos y sofisticados recursos tecnológicos; han hecho de la mentira, el terror, el miedo y el rumor, su principal arma publicitaria.
Este proceder de la oposición, ha sido diseñado por organismos e instituciones extranjeras especializadas en desestabilización política. De nuevo el Nacional Endowment for Democracy, Freedom House, Open Society Institute, la USAID, la Human Rights Watch, entre otras, tienen sus manos y sus cerebros metidos en Venezuela.
Todas ellas, actúan bajo la dirección de El Club Bilderberg y el Council on Foreing Relations, como hemos afirmado en otros textos, quienes son los verdaderos "dueños del mundo". Por lo que, la intromisión extranjera, particularmente la estadounidense, en los asuntos internos de Venezuela demuestra fehacientemente que estamos en presencia de un proceso de desestabilización no convencional; el cual, ha venido ejecutándose a través de la utilización de nuevas técnicas y nuevos actores; los medios de comunicación y la informática, se han convertido en poderosas armas de guerra, más letales que las tradicionales, pero, con la ventaja de que logran ocultar su eficiencia como poder destructivo.
No se trata de crear falsas alarmas. El imperio se lo juega todo. Sabe muy bien que, a pesar de su poder militar, no controla el mundo. Nunca imaginó que, con el derrumbe del mundo bipolar establecido con la guerra fría, emergerían nuevas realidades sociales y políticas que pondrían en entredicho su poder. Por eso, pone en práctica su política belicista, invade naciones, promueve la desestabilización política y económica, genera guerras civiles en diversas latitudes. Convencidos están de que esa es la única manera como pueden recuperar su hegemonía económica y política.
Pero, no se trata, tampoco, de exculpar a los mandatarios estadounidenses desde Bill Clinton hasta Joe Biden, de su responsabilidad en la agresión a que ha sido sometida nuestra Patria, durante estos 24 años, con sus actos de guerra y piratería económica; con la aplicación de criminales sanciones y medidas coercitivas unilaterales que causan muerte, dolor y sufrimiento al pueblo venezolano.
Lo que está en juego es de mayor monta. Los "dueños del mundo" saben muy bien que, para mantener su hegemonía, requieren reconquistar algunas regiones que le son estratégicas para tal fin. Venezuela, por su ubicación geográfica, es una nación estratégica fundamental en sus planes geopolíticos para la dominación del hemisferio. Saben que las reservas petroleras de EEUU cada vez son menores, que de casi 800 millones de barriles en 2010 bajaron a 250 millones de barriles en el año 2020. Y, lo más grave es que las fuentes de suministro cada vez son menos. Saben que en el mundo han emergido, y siguen emergiendo, nuevas potencias. Saben, por ejemplo, que los BRICS cada día adquieren mayor fuerza económica, política y geoestratégica. Saben, en definitiva, que el mundo se ha hecho multipolar; y que, ellos y sus vetustos aliados de la Unión Europea, han perdido fuerza.
Por ello, decimos que ni la inhabilitación política de María Corina Machado, ni la de otros dirigentes de la oposición golpista y fascista, son el problema. Estos no son más que "prestanombres". El enemigo a vencer es de mucho mayor monta: son los "dueños del mundo", es el gran capital financiero, comercial e industrial. En sus planes golpistas, vuelven a contar con la Unión Europea; seguramente crearán un nuevo Grupo de Lima; y, ante el desprestigio de la MUD, contratan nuevos espadachines.