Mi palabra

Edmundo empezó a mandar ¿A dónde?

"Las ilusiones son fantasmas que se imaginan en sueños"

Tertuliano

No salgo del asombro y me parece mentira, oír a ciertas personas, que han pasado por universidades, repetir las mismas gafedades trasmitidas por las redes, el cual parecen cosas de adolescentes atrapados, en un mundo de ilusiones y fantasías, porque llegan a creer, que en verdad el sustituto de la inhabilitada, después de hallarse en España, con la alta distinción de héroe, como si hubiera participado en una batalla por la libertad va regresar. Y como si esto fuera poco, ahora están haciendo ver, que ha empezado a mandar y no solamente eso, ya que, sin quebrarse mucho la cabeza, se sabe, que es una mentira para seguir inflando ilusiones, como el que prepara una fiesta infantil, con globos por todos lados; ya que, se oye a más de uno repetir totalmente convencido, como, si le están preguntan el número de la cédula, que el 10 de enero, es la proclamación de Edmundo, como presidente.

Pueden dar por seguro, que, el "héroe" al enterarse de estos disparates preparados, como trampas, tiene asustado a más de uno, cuando deja escapar incontrolables y estruendosas carcajadas al no poder contener los arrebatos de cinismo, propio del que se ríe de la maldad, cuando la deja sembrada y sabe, que la están rociando, como el que cuida un jardín. Son los estólidos, como los calificó el cantor del pueblo, Alí Primera. Ya que, ahora están corriendo la bola, que Edmundo aumentó los sueldos, cuando no tiene potestad, ni para repartir bendiciones, en el sitio donde vive, por el pasado muy vergonzoso y macabro en su paso por el Salvador. El fondo de la falsedad, es para alimentar pasiones enfermizas en contra del presidente Nicolás Maduro, cuando está haciendo de tripas corazones, para ayudar a paliar el grave problema económico creado por la disparidad cambiaria, precisamente por el dólar, el arma imperial. Tiran la concha de mango, para ver quien cae, porque gafos y pendejos sobran y Edmundo, lo sabe.

Los estólidos, son precisamente los que no tienen discurso y como no hallan que decir, caen en las mismas mentiras del pasado representadas por el autoproclamado: el Guaidó. Urrutia, después de su corta estadía en Venezuela, cuando le nombran o le pregunta por el regreso, ve para todos lados espantado, no vayan estar buscándolo y no precisamente para proclamarlo, como presidente, pero además, cuando oye sonar el teléfono, lo mira, desde lejitos no vaya activarse la llamada y se aparezca la voz de la inhabilitada convenciéndolo para que regrese, pintándole un mundo de pajaritos de múltiples colores alegrándole las mañanas y el camino adornado de flores hacía Miraflores, tan embriagador y atrayente el escenario, que el más escéptico se apresura por regresar.

Todavía siguen creyendo en el regreso de Edmundo, quien emprendió vuelo para nunca más volver, ni siquiera invitado para un nuevo matrimonio de su aya, porque lejos de creerle, piensa que lo puede sapear, para que se lo lleven preso y de esa manera cobrarle la traición, especialmente a ella, porque a la patria, poco les importa; al irse la dejó al borde de la trampa totalmente enredada, sin poder presentar las actas y menos salirse de un momento cargado de acusaciones, por los 23 muertos y más 200 heridos el 28 y 29 de julio, cuando incitaron a los tales comanditos a echarle candela y saquear lo que se consiguieran a su paso. El hombre no es pendejo, ni gafo y por algo carga un carnet, nada más y nada menos, que, de la CIA, a donde llegan y no es precisamente para rezar y confesarse.

Nada de lo que andan vociferando los creadores de cizañas, expertos en preparar la guerra mediática, el cual ha tomado distintos métodos, pero la verdad, es, que la utilizan para engañar y distorsionar la realidad. Preguntaran ¿cuál es la verdad o la realidad? La primera, Edmundo no vuelve ni disfrazado de apóstol en navidad; la segunda, este embaucador no tiene ninguna facultad para aumentar, ni siquiera las mentiras, que repitió en Venezuela; la tercera, quien lo recogió y lo trajo, no está en condiciones de seguir con el paseo y su muñeco acuesta y, por último, él bien sabe, que tiene una deuda pendiente, muy difícil de saldar, porque 23 muertos y más de 200 heridos, no prescribe la acusación, ni siquiera después de muerto. Los que están esperando a Edmundo González Urrutia, pueden dar por seguro, que los acompaña la misma frustración al despertar, como el que sueña, con un premio de la lotería y los caballos sin jugar. Ese no vuelve ni en películas disfrazado de Supermán, Robin, Batman, porque de héroe lo único, que tiene es haber aguantado los arrebatos de arrechera y desprecio por parte de la inhabilitada en medio de su frustración.



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Narciso Torrealba


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