Los comanditos, los conspiradores y los poderes públicos

Los llamados “comanditos”, un invento de Mariacorina, utilizado por el gobierno para mantener presos a menores, no son más que jóvenes que vendieron su alma al diablo, por dólares. Sin embargo, esa derecha opositora no cuenta con “inteligencia”, la suficiente como para formar verdaderos terroristas. Como los anticastristas, también los antichavistas no saben mucho de política, su “ideología” se resume en defender la Libertad, una  entelequia tan difusa como la luz de una estrella lejana, que sirve a la democracia burguesa para proteger al capitalismo y su libertad de explotar y robar a la sociedad a favor de los más ricos, la “libre iniciativa”,  la “libertad de expresión”, para entrampar a bobos que no tiene nada que expresar,  la “libertad de prensa”, para aquellos que desinforman y manipulan… a los bobos que no tienen nada que expresar. Pero de eso no entienden esos jóvenes, y casi nadie… Esos adolescentes sólo saben de cómo ganar y gastar dinero, no de contenidos ideológicos-políticos-terroristas.

Más que esos jóvenes manipulados y tarifados, María Corina Machado es la que debería estar presa ahora, y no lo está. El gobierno de Maduro siempre ha buscado la manera para mantenerla libre haciendo “sus cosas”, como pasó con Leopoldo López, que lo dejaron escapar. El asunto es que el gobierno revolotea sobre María Corina “finteando”,  haciendo amenazas, pero siempre cuida que esté libre, para poder negociar “un diálogo de respeto”, una relación  “ganar-ganar” con EEUU; manteniéndola libre es una ventana abierta para hacerse oír en el norte (en este caso, por Trump). Por eso, para Maduro es contraproducente tener a esos jóvenes presos, a una mujer presa por no querer a Maduro, y a una abogada suspendida por pedir que se cuenten los votos (parece un capítulo de los Simpson).

El caso de Yoleth Centeno la abuela de 68 años de edad que lleva tres meses tras las rejas: “De acuerdo a las informaciones recabadas, la señora Yoleth, jamás había tenido problema con la justicia, y entre los días 29 30 de julio del presente año, la acusó una vecina del oficialismo, de manchar un mural de Nicolás Maduro. ¡¿Cómo puede el gobierno encarcelar a una señora por manchar un mural de Maduro?! Eso es el colmo de la cobardía (o de la jaladera de bolas, depende).  O el caso de Jean Mendoza, acusado en un tribunal de “incitación al odio” por la empresa Masisa, como si en Venezuela hubiera una real autonomía de los poderes públicos y, sin presión, un tribunal madurista lo pudiera absolver. Hoy día, acusar de incitación al odio a sus enemigos es la moda fascistoide del madurismo; a sus enemigos y a los que los defienden. O la suspensión de María Alejandra Díaz del ejercicio profesional por hacer una petición en un juez del TSJ, la “jaladera de bolas” no tiene escrúpulos, límites, ni frenos…

El desgobierno de maduro tiene a todos los poderes públicos actuando de su cuenta pero sin autonomía; cada uno de sus representantes es libre de pagar a su manera los favores recibidos de la cofradía madurista. Tratar de usar los servicios de los poderes del Estado a favor de la justicia, cuando menos peligroso, es perder el tiempo. Pedirle al Fiscal que atienda un asunto que perjudique a su jefe es correr el riesgo de ser acusado de conspirador y ser encarcelado sin juicio. Ahora sabemos lo que pasa en el TSJ, si buscas justicia, mínimo te descertifican. Y la defensoría del pueblo no es real, no hay nadie que testimonie su existencia. Y… ¡mejor así!, ¡no queremos más presos políticos indefensos!, pedirle justicia a Maduro es como hablar con “el muro de los lamentos” desde Palestina, y justicia a la Asamblea Nacional, resulta más fácil pedírsela a Maduro.

Los poderes públicos abrevan en el torrente de los caprichos maduristas. Si eso no es una dictadura es porque nadie se atreve a decirlo, como nadie se atreve a decir que el rey está desnudo.

“Expresó Maduro en su programa de televisión semanal”: “Le hago un llamado al doctor Tarek William Saab, fiscal general, y a los jueces del país, como jefe de Estado, si hay algún caso que rectificar y revisar también para que haya justicia” (ver PD). Ya veremos al fiscal contrariado, “cogiendo línea”, buscando la manera más digna de comenzar a liberar presos, o el TSJ devolviéndole las credenciales a María Alejandra Díaz… Aquí se hace lo que decide Miraflores, está claro, los otros poderes “no pueden”.

A Maduro no le conviene tener tantos jalabolas cerca, más ahora que necesita reencontrarse con el camarada Trump para tener una relación “ganar-ganar”. El mensaje está claro, tener jóvenes presos por la fiscalía no da una buena imagen,  y tampoco una abogada “suspendida” por el TSJ (algo desconocido hasta ahora), menos un tribunal que tiene que decidir si Jean Mendoza, por reclamar sus derechos,  es culpable o no de “incitar al odio” – lo bueno es que, según como sentencie ese tribunal, mostrará si esa ley sirve para algo…, que no sea poner presos a los que protestan y demás enemigos del gobierno –.

Mientras tanto hay una segunda DANA en España, siguen los muertos en Gaza, Líbano y Ucrania. La naturaleza se cobra lo que le han quitado, y el capitalismo sigue, como una inmensa rueda de la muerte, machacando vida, acabando con todo, para el provecho del 1% de la población del planeta.

¡Revolución socialista o barbarie!, ¡revolución socialista o el letargo socialdemócrata hasta que el capitalismo acabe con el planeta!

¡VOLVAMOS A CHÁVEZ Y EL SOCIALISMO!,  ¡POR NUESTROS DERECHOS, APLIQUEMOS LA CONSTITUCIÓN!!

PD“13-11-24.-La Fiscalía General de la República prometió acelerar los procesos penales contra los adolescentes y jóvenes que permanecen detenidos por las protestas poselectorales.”  Una vergüenza nacional.



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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