"A un mes sigue otro mes igual.

Lo que vendrá fácilmente se adivina;

serán las mismas cosas de ayer.

Y el mañana nunca parece ese mañana"

Kavafis

Esa fecha se celebra el día de las aves migratorias y son tantas, que, en el momento de esa época del año, cuando emprenden su viaje hacia lugares de donde habían partido en busca de agua y comida para subsistir, en muchas partes el cielo se adorna de estas volátiles y danzantes animales, hasta convertirse en puntos de variados colores para contribuir a darle vida al planeta, con su canto sonoro, hasta llegar a maravillar el sentido de la vista de todo ser humano, cuando en verdad saben admirar las grandes y hermosas maravillas de la naturaleza.

El diez no pasará, lo que muchos están pensando incitados por el poder mediático y la desquiciada aptitud de un pequeño sector de la oposición, el cual no haya a donde echar sus lágrimas, después de la inesperada derrota del 28 de julio, cuando prepararon una función propia de un circo, donde no faltaron los payasos y por supuesto lo más grotesco y repugnante: disimular la derrota, con la violencia, para después presentar unas actas en la OEA, propia de una emisión televisiva del poder mediático para aparentar algo totalmente alejado de la realidad, un fraude apoyado por la violencia, con muertos y heridos, con responsables directos sin castigo, pero nuevamente incitando a la violencia ¿cómo les parece?.

De ese camino no se han apartado y por ahí van derechito a otra comedia sin éxito, porque aparte, que no parece fácil el regreso del derrotado Edmundo González, ni en vuelo directo en el avión de Trump; por la otra, la inhabilitada lo único que hace es llamar a la violencia en medio del llanto del que no se puede apartar, aún, cuando sabe de su destino directo al precipio, por la experiencia anterior, pero no le queda otra, si no seguir representando la propia llorona, ya que, al final puede convertir en una referencia entre tantas leyendas de nuestro folklórico llano y alguien pueda utilizarla para seguir con el mismo cuento de nunca acabar, tratar de asustar, sin acordarse, que ellos mismos ayudaron a espantarlo, aún, cuando todavía engañan a mucha gente.

El próximo 10, el combatiente Nicolás Maduro Moros, va recibir la banda tricolor, que lo señala, como el presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Sin embargo, los llantos prolongados y desesperados no se van a callar, seguirán con los propios aullidos de lobos en la media noche, el cual parecen dirigidos para crearles intranquilidad a la propia oscuridad y a cuanto animalito aprovecha para mover, cuando la noche los arropa y se sienten más seguros. Pero para la oposición no existe tiempo de paz y menos, cuando se les agotan las estrategias, ya que, su verdadero amo, el gobierno de los Estados Unidos, se encuentra con la máscara muy transparente, el cual termina de alborotar el incontrolable lloriqueo de María Corina.

Para el 10 están preparados los sonidos de los tambores anunciando la investidura de Nicolás, pero, si ese día es una fiesta del pueblo, por nada del mundo nos podemos olvidar de lo que son capaces los eternos enemigos de la democracia y el proceso bolivariano. Las amenazas en muchos casos las utilizan para ver si el pueblo recula en busca del camino de los traidores, pero pruebas hay suficientes en el cual ha prevalecido la firmeza en defensa de la patria, antes las acciones terroristas y golpistas. Aparte de la celebración de la toma de posición de Nicolás Maduro, van a salir espantados los políticos migrantes y adulantes, que viven proyectando el sueño americano, provocando migración sin ver la grave situación en un país golpeado por el capitalismo salvaje y el único ofrecimiento cierto del nuevo inquilino de la Casa Blanca es sacar a los migrantes, después de provocar la estampida con las medidas coercitivas y el criminal bloqueo.

Narciso Torrealba narciso_t_29@hotmail.com