El general Raúl Baduel es el nuevo Poncio Pilatos de la Revolución bolivariana. Baduel acaba de cruzar el límite que divide a los revolucionarios de los escuálidos y golpistas. Esta vez, como ya ocurriera en procesos electorales anteriores, la oposición (la de adentro, oligárquica y pro imperialista) y la de afuera, ligada a Washington y a Miami, intenta levantar el listón y mostrar sus nuevas "adquisiciones". Baduel, aquel jefe militar que junto al pueblo se levantara contra los golpistas en abril de 2002 y que por eso se ganara el cariño de los más humildes, hoy ha preferido enterrar el prestigio obtenido y reunirse en una rueda de prensa con los medios golpistas para convocar a sus ex compañeros de armas a rechazar la reforma constitucional.
Quienes conocen a Baduel saben que el enojo del general tiene poco que ver con una posición de principios que lo llevan a rechazar el proceso de reformas en marcha, sino que por el contrario, sus razones son más mundanas. Al general le pudo más su deseo y ambición de exigir -como suele ocurrir con tantos militares retirados- un cargo muy meritorio en el gobierno revolucionario, una y otra vez. Como este pedido no fue tenido en cuenta porque el gobierno lo reservaba para otra misión, decidió "saltar la talanquera", como afirma irónicamente el comandante Chávez de aquellos que se pasan al bando del enemigo. Ni más ni menos. Y se quedó desnudo, sin ideas, sin uniforme, sin reconocimiento popular, sinvergüenza.
Como suele decir la voz popular, "general retirado ofendido se convierte rápidamente en golpista". Lo cierto es que Baduel hoy por hoy no tiene mayor influencia en las filas de las Fuerzas Armadas bolivarianas, que han cerrado filas junto a su comandante Hugo Chávez Frías.
Por eso, más allá del manejo que realizan los medios como Globovisión, repitiendo hasta la saciedad las imágenes de Cardenales, estudiantes de universidades privadas, periodistas manipuladores y ahora un General arrepentido, el bravo pueblo de Venezuela ya ha dado su veredicto, uniendo fuerzas para que el 2 de diciembre se convierta en una nueva victoria popular. El doble "Sí, Sí" retumbará fuerte en los oídos del golpismo, y si por alguna causa o desvarío intentaran torcer el rumbo de la Revolución bolivariana y, nostálgicos, imaginar un nuevo 11 de abril, se encontrarán -lo dijo Chávez en la avenida Bolívar este pasado domingo- con la medicina que se merecen.
Con el espíritu del 13 de abril, la solidaridad internacionalista debe respaldar la movilización popular del pueblo venezolano, para convertir el próximo Referéndum en una jornada victoriosa para la Patria Grande Latinoamericana, que avanza decidida a gestar la tan ansiada segunda independencia.
*Director de Resumen Latinoamericano
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