Yon Goicoechea recibe premio otorgado por intachables defensores de la libertad

El hijo que todas las madres de Venezuela quisieran tener, Yon Goicoechea, recibió esta semana el prestigioso premio 'Milton Friedman' como paladín de la libertad. Milton Friedman fue el economista que impulsó el “milagro chileno”, llamado así porque se dio el milagro de que más de 5 mil socialistas y comunistas dejaran de molestar.

Con lágrimas en los ojos, el estudiante de extracción humilde recibió el galardón, y lo dedicó a los “cientos de miles de estudiantes venezolanos que se pudren en las mazmorras del régimen sólo por querer cumplir su sueño de estudiar una carrera privada en una universidad privada”. Los asistentes aplaudieron sus palabras con entusiasmo.

“Es un honor recibir este premio, porque lleva el nombre del ideólogo económico que salvó a Chile del castrocomunismo de Salvador Allende”, señaló, mientras Freddy Guevara, en segundo plano, se empeñaba en citar unas palabras de Paulo Coelho. “No es el momento, no es el momento”, le insisitía Goico, que no quería perder su merecido momento de fama.

“Todos sabemos los atropellos que sufrieron los chilenos entre 1970 y 1973, muy parecidos a los que soportamos día a día los más desfavorecidos de Venezuela, como yo” apuntó. “Por suerte un hombre bueno (aplausos) llegó entonces al poder y con la ayuda de los Chicago Boys creó un paraíso en Chile”, argumentó, entre los suspiros de Diana Carolina Herrera, que embelesada lo miraba, exhalando un sonoro “¡ay! qué muchacho tan fornido” una y otra vez.

La ceremonia tuvo lugar en un conocido centro comercial, “máxima expresión de la Libertad del Hombre” según expresó el prometedor joven, y asistieron ilustres representantes del neoliberalismo latinoamericano. Diversos invitados resaltaron cómo Milton Friedman pudo dar rienda suelta a su irrefrenable afán libertario gracias a la protección que le brindó el estadista chileno Augusto Pinochet. La viuda de ese gran hombre -que tuvo sus pequeños errores, nadie es perfecto- Lucía de Pinochet, abrazó al líder estudiantil y puso un nudo en la garganta a todos los presentes cuando con voz temblorosa le dijo “me recuerdas tanto al Augusto, po', cuando éramos pololos”.

Conteniendo a duras penas su emoción, Goico finalizó su discurso afirmando que “ya sólo me queda recibir el Premio Guantánamo a los Derechos Humanos para ser completamente feliz”.

perezgarraluis@yahoo.es

(*)Moderador del Grupo InformacionVerazVenezolana


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Luis Perez(*)


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