En el Gobierno de Rafael Caldera, se registró en Venezuela el mayor índice de inflación en los últimos 20 años, pese a que el petróleo estaba a precios irrisorios (7$ el barril); la pobreza según el CENDA alcanzaba para el año 97, el 70% y la pobreza extrema se ubicaba en 50%. En los demás países de América Latina, se vivía un cuadro económico muy parecido al nuestro. ¿De quien era la culpa? Los experto mediáticos callaban, la Conferencia Episcopal dentro de cuatro paredes dándose golpes de pecho, pero frente a las cámaras de televisión: “Silencio Total”. No había preocupación por parte de los expertos mediáticos de la caída de los precios del petróleo, estaban felices que los países más ricos del mundo pudieran prosperar, en especial su patria querida: “El imperio”; muy a pesar de que nuestra economía se viniera al piso y el hambre creciera a niveles alarmantes en nuestro país.
Hoy cuando el precio del petróleo, se ha recuperado (y porque negarlo, gracias a la labor del señor Presidente Hugo Chávez Frías), nuestra economía ha prosperado como muy pocas en el mundo, nuestro pueblo comenzó a comer y PDVSA paso a ser nuestra; salen algunos apátridas a decir que el petróleo es un bien de la Humanidad y a demostrar su preocupación por el incremento en el precio del petróleo y su incidencia en la economía del imperio; jamás hablan de los altos impuestos que los países ricos cobran por litro de combustible vendido; ¿Por qué razón estos países ricos no bajan sus impuestos y dejan de estar invadiendo a otros países, gastando sumas astronómicas en armamentos para solo sembrar muerte y miseria?. Estos apátridas lo que dan es vergüenza, cómo se arrastran por una visa norteamericana, no son felices porque Venezuela mejore y el pueblo pueda comer tres papas al día; su odio visceral hacia ese pueblo de a pie, se les ve en la cara; como cacarean en los medios privados que la culpa del alza de los alimentos es por el alza en los precios del petróleo, pero se les olvida que cuando Caldera el precio del petróleo estaba por el piso y la comida inalcanzable para el pueblo. QUE JAMÁS SE LE OLVIDE ESTO AL PUEBLO DE VENEZUELA.
Son muchos los errores del Gobierno, pero tenemos fe en las rectificaciones y sabemos las consecuencias de que esta casta de apátridas vuelvan al poder. Hoy más que nunca señor Presidente no vale equivocarse, lo que esta en juego es la vida de un pueblo, que requiere cada día, una mejor educación, sentir cada día más amor por su patria, sentir al prójimo como un miembro más de la familia y saber que con el trabajo de todos tendremos a un país lleno de caras felices.
A trabajar por Venezuela
(*)Profesor
UNEG
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