No es necesario ser un letrado para alcanzar una concejalía, una alcaldía, una gobernación, una diputación o la presidencia de la República, así lo demuestra la historia de nuestro país, con casos tan emblemáticos como el General Juan Vicente Gómez y Jaime Lusinchi entre muchos más, pero lo que no se puede tolerar y dejar pasar es la chabacanería de los discursos de hombres que pretenden ser gobernantes. Eso demuestra que no están preparados para la lucha política y que de la manera como expresan su discurso político son también torpes frente a una oficina de gobierno. Manuel Rosales es un caso típico al igual que Enrique Catalán, tan solo dos ejemplos para no profundizar en las tropelías apátridas pitiyanquis y pro oligarcas de presidentes que lastimosamente gobernaron a Venezuela durante la cuarta República.
No solo es el lenguaje soez que se le critica a Manuel Rosales, el filósofo, y al otro candidato de la oligarquía trujillana Enrique Catalán, si no también la falta de coherencia y el bajo nivel intelectual así como el desconocimiento de temas políticos, históricos, religiosos y hasta geopolíticos que padecen esos dos “Juan charrasqueados” de la política más reciente de nuestras regiones.
Con políticos de la estatura de estos dos filósofos, Venezuela recuerda los años más tristes y grises que le ha tocado vivir ante el provecho económico que ha obtenido
la clase social oligarca , convertida en burguesía desde la llamada democracia representativa, valiéndose de la falta de madurez política, el atraso intelectual y el desfase histórico de personajes que funestamente han gobernado nuestra patria.
A la oligarquía y a la burguesía venezolana les ha convenido siempre este tipo de políticos bisoños y novatos que debido a su pobreza intelectual y a su falta de compromiso con la nación, les ha entregado las riquezas del país a ellas y al imperialismo estadounidense. Esa clase social se ríe los disparates que cometen esos políticos porque saben que su ignorancia y su desprecio por la nación y por las clases sociales pobres son la garantía de su fortaleza y estabilidad como clase social dominante y explotadora de las demás clases sociales.
El pueblo trujillano está preparado política e ideológicamente para reimpulsar el proceso de cambios que ocurren en el país, aún cuando en Trujillo esos cambios no se hayan producido durante los años del falso, contra revolucionario y derechista gobierno de Gilmer Viloria y octaviano Mejía.
Temístocles Cabezas en la Alcaldía del Municipio Valera está llamado a emprender el relanzamiento del proceso bolivariano en Trujillo dándole más poder de decisión a los sectores populares con la construcción del poder popular que nos llevará por el sendero que nos conduzca a una sociedad más humanista con una mayor justicia social es decir, al socialismo.
Mi llamado es a todos los educadores y a los sectores populares a votar por el profesor Temístocles Cabezas para la Alcaldía de Valera, porque con el hay posibilidades reales de fortalecer la tendencia de la izquierda revolucionaria dentro del P.S.U.V, y generar el avance del movimiento popular ante la creciente presencia de los sectores de la derecha infiltrados dentro del partido y que han puesto freno al proceso revolucionario con prácticas de la cuarta República.
(*) Lcdo
Militante revolucionario del P.S.U.V