Óptica Malaver

El plan revolucionario de lectura

Cuando la señora Kathy-Ligi de Artazona- Cazorla escuchó que el dictador Hugo Chávez había ordenado un Plan Revolucionario de Lectura, llamó a su mayordomo:

- Ambrosio. Ambrosio.

El hombre se movió presuroso y llegó hasta la mecedora donde plácidamente la señora y ama de la casa, veía a Globovisión en su televisor de plasma con pantalla de 52 pulgadas.

- Tenga la amabilidad Ambrosio, y saque todos los libros que dejó el señor Artazona en su biblioteca y luego los quema uno a uno en el patio de la casa. Pero antes, haga un montón y luego llame a mis compañeros de Globovisión para que den la noticia que en la mansión de los Artazona ya nadie va a leer, y mucho menos por órdenes del dictador. Comience la tarea.

El mayordomo se largó presto hasta la biblioteca del difunto señor Artazona y la vio de arriba abajo. Allí se almacenaban más de veinte mil libros, había libros de derecho, de literatura, de ciencia ficción, de religión e incluso un diario íntimo de Artazona que el mayordomo había escondido para que la señora Kathy-Ligi no lo leyera y se enterara de la cantidad de veces que el señor Artazona le había puesto cachos con casi todas las mujeres del Country.

El mayordomo Ambrosio lo primero que hizo fue separar el diario Intimo de Artazona, porque ese diario lo había ayudado bastante, incluso, bajo amenaza, él también se había acostado con una buena cantidad de mujeres del country. “Y todavía me faltan algunas”.dijo el hombre.

Sacó todos los libros y los llevó al patio de la mansión. Llamó a los periodistas de Globovisión y llevó en su mecedora a la señora de la casa para que presenciara el incendio. Cuando comenzó la candela, las cámaras de Globovisión mostraban aquel incendio que devoraba toda la librería del señor Artazona, mientras el periodista decía. “Ustedes pueden presenciar como otro importante hogar de Venezuela, se niega a participar en el plan Revolucionario de Lectura que ha ordenado el dictador Hugo Chávez Frías, las familias venezolanas más decentes, prefieren quemar sus bibliotecas que hacerle caso al tirano”.

Las vecinas también se acercaron para ver cómo ardía la biblioteca del señor Artazona. Algunas de ellas sonreían porque pensaban que a lo mejor ahí también estaba el diario íntimo de Artazona, pero luego, cuando miraban al mayordomo Ambrosio, quien les sonreía con picardía mientras les enseñaba el diario, cambiaban su risa.

Una vez que terminó el pavoroso incendio, Ambrosio trasladó en su mecedora a la señora Kathy-Ligi a su lugar de siempre: Sala Globovisión. Mientras tanto, Ambrosio se dijo. “Tengo que acelerar el Plan Revolucionario de Acueste con estas mujeres antes de que me ponga más viejo”.


robertomalaver@cantv.net


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Roberto Malaver

Periodista y escritor. Niega ser humorista, a pesar de algunas evidencias que indican lo contrario. Co-moderador del popular programa "Los Robertos", al cual insisten en llamar "Como Ustedes Pueden Ver". Co-editor del suplemento comico-politico "El Especulador Precóz". "Co-algo" de muchos otros proyectos porque le gusta jugar en equipo.

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