Observación: me hallo muy enfermo, sin embargo, hago esfuerzo por divulgar estos mensajes que tanto requiere la humanidad en plenitud.
Mucho se la elogiado y respetado los deportes de alto riesgo, la valentía de los seres humanos para afrontar batallas y las vicisitudes de la vida, y eso está bien, pero no del todo.
Resulta que en vez de personas guapas y valerosas enfrentadas a cuerpo a cuerpo en cruentas batallas por las que han sido harto galardonadas, se trata de personas con baja sensibilidad en el sentido holístico o lato de la palabra. Hay y ha habido excepciones, de perogrullo.
Esas personas "guapas" son, por lo general, insensibles también a los encantos de la Naturaleza, al despertar de una flor, al suave y delicadísimo posar de una mariposa cuando va a alimentarse en sus flores favoritas. A esas personas poco les ha importado como crecen las manitas de cambures ni el ir y venir de Norte a Sur de los árboles y viceversa de todas las plantas; tampoco les ha importado la música que despectivamente se tiene como clásica, la de3 Mozart, principalmente, la de Schubert o de Sebastián Bach, y menos el encanto de la risa de un niño, porque la insensibilidad manifiesta en sus prácticas de deportes de alto riesgo, también los acompaña en este tipo de estímulos que a diario acompaña siempre a los seres de o con alta sensibilidad musical, por ejemplo, o escultural, o pictórica o literaria.
En consecuencia no podemos pedirle que adore y respete la Naturaleza a a quienes son insensibles por naturaleza propia.