Una delfín adopta a una cría de ballena huérfana creando asombro en los biólogos

Una delfín nariz de botella adopta a una ballena cabeza de melón

Una delfín nariz de botella adopta a una ballena cabeza de melón

Credito: Agencias

No es la historia de una película, es un caso real; un delfín adoptó a una ballena en las aguas del atolón de Rangiroa, en la Polinesia Francesa.

Esto ha causado asombro porque es la primera vez que se conoce que una hembra delfín adopta a la cría huérfana de otra especie, sin hacer distinción alguna entre su recién nacido biológico y el adoptado, por lo que el caso ha sido estudiado y documentado en la revista Ethology.

Lo más curioso de este caso es que el delfín nariz de botella inusual (Tursiops truncatus) normalmente da a luz una cría y la cuida y atiende durante seis años, por lo que al adoptar a la ballena cabeza de melón (Peponocephala electra) se da otra perspectiva de todo lo que pueden hacer dichos mamíferos.

"Una hembra que, además de su propia cría, cuida a un bebé de una especie diferente, es algo muy sorprendente", dice la investigadora principal Pamela Carzon, que trabaja en el Groupe d'Étude des Mammifères Marins (GEMM ) en Tiputa, Polinesia Francesa.



Los investigadores aseguran que se han dado casos de hembras delfín nariz de botella que a veces “secuestran” crías de otras especies, cuando no han podido criar a las suyas, pero suelen abandonarlas poco después.

Pero, en este caso del atolón de Rangiroa, el estudio revela que al tener su propia cría, la hembra no pudo “secuestrar” a la ballena, y también señalan que es poco probable que esta ballena sea un híbrido de delfines y ballenas.

"La segunda cría (ballena) ha sido registrado como macho; con un perfil delgado, cabeza redondeada y rostrum romo, aletas pectorales puntiagudas, pigmentación oscura y patrones blanquecinos entre la garganta y el área urogenital; por lo que todas estas características morfológicas son de una ballena cabeza de melón", señalan los autores.
La maravilla de la naturaleza

Pamela Carzon y el equipo de investigadores grabaron y fotografiaron a la familia de delfines de dos especies, y se dieron cuenta de que siempre nadaban los tres juntos (la mamá, la cría biológica y la ballena)

Incluso, notaron que la ballena se alimentaba de la madre adoptiva y nadaba en una posición infantil típica debajo de ella.

Sin embargo, en ocasiones la cría biológica empujaba a su “hermana” adoptiva lejos del abdomen de su madre, por lo que la ballena tuvo que integrarse al grupo de los demás delfines.



Esto ayudó a que "la ballena cabeza de melón se comportara exactamente de la misma manera que los delfines nariz de botella", dice Carzon en un artículo de National Geographic.

Es decir, se “juntaba” con otros jóvenes delfines y disfrutaba de surfear y saltar las olas como los demás.
Inexperiencia materna ¿la causa?

Las razones de esta adopción excepcional pueden tener relación con la inexperiencia del delfín como madre. Además, su amistad general con los buzos humanos también podría haberla hecho más tolerante con otras especies, por lo que es posible que otra hembra haya secuestrado al recién nacido, y luego esta madre específica lo aceptó.

"Si la ballena llega a la edad de destete, es muy probable que viva una vida de delfín nariz de botella", aseguran los investigadores.

Este es el segundo caso de adopción entre mamíferos salvajes: en 2006, un grupo de monos capuchinos cuidaron a una cría tití, según un estudio publicado en Primatology.



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