La afroderecha arrinconada manipula el debate hablando que nuestra lucha como comunidad afrodescendiente, no tiene ideología ni se trata de posiciones políticas sean de derecha o de izquierda. Una lucha neutra por nuestros derechos, asexuada, inodora. Todo aquel que arrime una voluntad por realizar un evento por el año mundial de los afrodecendientes, bienvenido sea. Sin cuestionamientos. Olvidemos la historia, mayor torpeza intelectual que valoremos nuestras metas no por la dinámica histórica y la realidad social cruda y trágica de nuestras comunidades afrodescendientes. Solo por el que hay que hacer y quien nos ayude no hay que rechazarlo. La ambigüedad de la afroderecha no es inocente, ingenuos son los que creen en sus argumentos sin polémicas y de consenso.
La afroderecha es de una amplia definición, en primer lugar, aquel sector que se reconoce con una ideología reaccionaria y acompaña en sus acciones un sistema político que basado en la desigualdad y la explotación se ha reproducido en su estructura de dominación. El sistema de explotación de la colonia renovado en el presente, tiene su paisaje en los barrios y favela actuales, imagen real del sufrimiento de los esclavizados en los barcos negreros. La situación de pobreza y la condición de marginados no deviene por una forma cultural que trae el africano, muchos creen que eran esclavos, fueron esclavizados. La pobreza de los afrodescendientes es consecuencia del desequilibrio social producido por ese sistema social, que tiene nombre y apellido, el sistema capitalista. Los afroderechistas piensan que toda la herencia colonial discriminatoria y racista, se transforma en otros discursos en el ahora, oportunidades de ascensos, nuevas formas de vida y posturas, olvidando tu principio histórico. El rechazo a ese pasado, la vergüenza cultural de esa elite que encontramos esparcida, prepotente porque estudio en universidades prestigiosas o por alguna posición económica, un puesto en el alto o medio gobierno, orgullosa porque se sienta con la casta de los partidos políticos en el poder, pretensiosa por salir del barrio o el campo y ahora siente que en la ciudad camina con la serenidad de su nuevo status. Pero como no se puede despimentar, elabora un discurso de defensa de sus derechos ancestrales, pero mantiene una larga distancia con su realidad. La afroderecha como no tiene ideología, sin postura política, mentira que no creemos, ellos contribuyen a fortalecer el sistema político porque sus acciones no pretenden transformar absolutamente nada. Quienes dicen no ser políticos son políticos en su práctica diaria.
La afroderecha como forma de vida asume la ideología neoliberal y entra a juego del mercado, entiende que la defensa de los derechos afrodescendientes es un negocio. Como se creen elite, asumen que son representantes o interpretan las comunidades, crean espacio institucional, llamasen ONG, Fundaciones o Juntas de Beneficencia. Comprenden que su obligación de diferenciarse, muchos asumen el discurso de líderes o lideresas, por cierto, la mayoría de estas instituciones con sedes físicas alejadas de las comunidades, generalmente, tiene sus bases de operaciones en las capitales políticas de los países, allí donde el poder político y económico se desenvuelven. En otras palabras si me considero una elite entre los “negros” qué sentido tiene vivir en las mismas condiciones que vive la mayoría. Aquí entra en juego los laboratorios de políticas de los centros de poder, la conexión con quienes y quieren vivir del discurso de las necesidades y la pobreza de los afrodescendientes. Aparecen USAID y la Fundación Interamericana de Larry Palmer, ambas del Departamento de Estado de USA. Una posibilidad de buscar como mantenerme y darme ciertas facilidades de ingresos es cohabitar con los intereses del imperio que usando un discurso de entender las necesidades y la pobreza, no directamente el imperialismo participa, utiliza estos voceros que sustituyen las comunidades y elaboran una práctica y presencia por todos conocidos. Actividades donde se captan líderes naturales de las comunidades, sacados de su vida rural y llevada a grandes salones de hoteles lujosos, los presupuestos de las corporaciones imperiales dan para todo, charlas sobre democracia, auto reconocimiento y oportunidades sociales. Video beam, folletos, carnets de identificación de participantes, alojamiento y comidas garantizados, Todos dirigidos por los brillantes ponentes dueños de la fiesta y quienes a pesar de todos estos gastos siempre quedan con cierta ganancia. Curiosamente si revisamos la lista de participantes en la Conferencia Mundial de Afrodescendientes en Honduras, la mayoría, recibieron financiamiento de la Fundación Interamericana y USAID, como ellos hablan de manipulación y confusión los invito a revisar la página web de esta prestigiosa fundación derechista de los EEUU. Por ejemplo la Fundación Azúcar en Ecuador recibió más de 90 mil dólares en el año 2009.
Quiere decir que la afroderecha es de derecha porque tiene una postura política que se observa en sus prácticas y se articula a una estrategia del Imperio. La afroderecha se instala en los gobiernos progresistas en América latina, pero se instala como burocracia, asesores y consultores, cuando los “negros” se pusieron de moda también surgió los privilegiados que estudiaron los afrodescendientes y entraparon la lucha en las oficinas frías y en los largos pasillos de los ministerios, lentitud y obstáculos encontraron respuesta y preguntas sobre reivindicaciones de nuestras comunidades. Realmente esta práctica es causa de una estructura castradora de los aparatos estadales que heredamos de las llamadas democracias burguesas. No puede hacerse solo las transformaciones a nivel económico hay que desmontar el aparto burocrático, construir un nuevo estado y la participación de la mayorías con mayor protagonismo. Eso no exculpar a quien teniendo en sus manos una maniobra para beneficiar a la mayoría se ahoga en su propio guiso, permitiendo las torpezas presidenciales y los desaciertos gubernamentales en políticas públicas afirmativas. La afroderecha es una elite con un discurso afinado, en buenos negocios y conectado con ciertos grupo de poder político, llego la ahora de confrontar esa práctica como concepción de vida y como conducta política castradora de nuestras luchas, argumento principal para impulsar nuestros derechos es reconocer ese sector heterogéneo y precisar esas prácticas que hemos denominado afroderecha.
Ante ese cuadro planteamos desautorizar las elites que se convirtieron en representantes de los pueblos afrodescendientes, quienes asumieron la vocería desde las capitales políticas y la mayoría sufriendo y viviendo la tragedia. Construir una forma de organización y participación directa de las comunidades y su legítima representación, construir un modelo organizativo que permita el ejercicio de las decisiones políticas por quienes realmente lo deben solicitar. Eliminar los intérpretes, consultores y asesores, solo el pueblo es quien decide, quien conoce sus necesidades, sabe sus dolores y los padece. Las elites solo sean escribientes de las decisiones de las mayorías. Una nueva versión del Estado que conocemos significa lo que planteamos, desmontar este Estado y construir nuevas formas. En Venezuela cuando se planteo un debate sobre este tema, recurrimos a la experiencia histórica de nuestros ancestros cuando en los Cumbes, el palenque y quilombos propusieron una nueva forma de organización ante el sistema colonial, nuestra historia es una fuente. El debate político se hace obligatorio sobre todo con las viejas y ortodoxas concepciones de la izquierda, racista y excluyente. Reconocer la desigualdad social sin entender las diversidades culturales y los sectores que participan en ella se convierte en una traba reaccionaria. Queremos decir que cierto marxismo y sus seguidores no son aliados de las luchas afrodescendientes, lo encontramos coqueteando con la derecha.
Cuando profundicemos sobre la organización y su legitima representatividad muchos de los quienes se asume como líderes o lideresas afrodescendientes tendrán que buscar otro oficio, hay que encontrarnos con quienes realmente representan las mayorías. Para salir de esa lógica que nos amordaza, solo un cambio político de nuestros sistemas sociales erradicaría completamente la pobreza, la discriminación y la exclusión social. Ahora solo activando nuestras comunidades y entregándole el protagonismo verdadero se alcanzara la madurez que la lucha es estructural, profunda, haciendo censos exitosos con la variable afrodescendiente no tiene sentido sin el gobierno no está claramente consiente de las razones políticas, económicas y sociales del problema. Abriéndonos oficinas y entregándonos cuotas de cargos no solucionaremos, hay que erradicarlo colectivamente con cambios radicales impulsados desde los colectivos no en los salones de los hoteles siete estrellas.
Asumir este debate no es desviar la atención ni confundir, ni entrar en una red interminable, sola quienes reaccionan así está defendiendo sus parcelas, sus formas de vida y negocio. La coyuntura de cambios políticos que vive América Latina y el Caribe obliga a nuestras comunidades afrodescendientes a participar de esa dinámica, colectivamente somos parte de la historia de continente. Quienes desde una mirada amplia miramos la pobreza, la exclusión social, la violencia de género, el racismo como producido por los sistemas sociales de explotación debemos optar por un encuentro donde se conjuguen las mujeres y hombre progresistas, avanzada y transformadores de nuestros modelos políticos. El encuentro internacional de afrodescendientes y las transformaciones y cambios políticos en América y el Caribe a realizase en Caracas debe ser el espacio para conjurar eses sueños.
Coordinador Cátedra Libre de Estudios Africanos y Afrodescendientes
Miguel Acosta Saignes
Red Afrodescendientes de Venezuela