Han pasado
cerca de dos meses del proceso electoral parlamentario que se realizó
en el país. Dichos resultados ya lo comentamos en un artículo
anterior, donde éstos significaron una victoria para el movimiento
revolucionario al conquistar la mayoría de legisladores sobre los candidatos
de la derecha venezolana. Hasta allí vamos bien. Ahora, la cuestión
es que necesariamente esos resultados ameritaban una lectura muy crítica
de parte nuestra, tanto lo ocurrido a nivel nacional como también en
Carabobo.
Sobre el análisis
de los resultados a escala nacional se han dedicado muchos comentarios
en los distintos medios revolucionarios impresos, radiales televisivos
y digitales. Por lo tanto, haremos un esfuerzo por centrarnos en la
situación del estado Carabobo.
El movimiento
revolucionario venía de importantes victorias en los procesos anteriores
que significaban una sensación de control sobre la contrarrevolución
carabobeña. Aunque en el 2008 no se alcanzó conquistar la gobernación
para el candidato del PSUV, sí se logró, en ese momento, ganar 11
de las 13 alcaldías que se estaban definiendo electoralmente, como
también una mayoría importante del PSUV en el Consejo Legislativo
del estado Carabobo, lo que haría suponer que el gobernador Salas Feo
tendría una gestión cuesta arriba, que le impediría gobernar este
estado con la arrogancia y prepotencia que caracteriza a la familia
Salas.
No todo quedaba
allí. Luego de esos resultados del 2008, a pocos meses, se convoca
un proceso de consulta para aprobar la Enmienda Constitucional a
los artículos 160, 162, 174, 192 y 230 respectivamente. En esa ocasión,
en Carabobo, tal como también ocurrió a nivel nacional, el movimiento
revolucionario logra derrotar a la derecha. Con un escenario como ese,
en donde sale derrotado el gobernador Salas Feo y la burguesía Carabobeña,
todo haría pensar que era el gran momento para el avance hacia la profundización
de la revolución, teniendo la inmensa mayoría de los alcaldes, el
Consejo Legislativo y el resultado de una importante victoria en el
estado que arrojó la enmienda.
Lamentablemente
no fue así. Con todas las condiciones favorables para iniciar verdaderamente
un proceso de profundización de la revolución en Carabobo, que lograra
echar definitivamente a la burguesía del gobierno regional y así desplazarla
del poder, la dirección del PSUV en el estado fue incapaz de marchar
correctamente para conquistar los cambios deseados por las mayorías
en Carabobo. Nadie puede explicarse cómo después de un año -y luego
de ese escenario político- hoy el balance es que hemos retrocedido
cerca de 100 mil votos en comparación con la enmienda del 2009. Además
tenemos un gobernador envalentonado, soberbio y manipulador que no ha
encontrado en la dirigencia regional de nuestro partido la oposición
necesaria para haberlo neutralizado políticamente hace rato.
Las razones
que podemos enumerar sobre la recuperación numérica de la derecha
en Carabobo (aumentó su cantidad de votos en todos los municipios)
y la altanería cada vez mayor del nefasto gobernador, obedece a la
razón que en ningún momento ha existido una política seria y revolucionaria
de parte de la dirección regional para construir la alternativa de
gobierno que desplace en el 2012 a la derecha. Lo que ha ocurrido es
una especie de mediación, de coexistencia y un pacto de no agresión
con la burguesía, aunque desde el lado de Salas Feo éste nunca ha
dejado de atacar al proceso revolucionario ni al comandante Chávez,
cosa distinta del lado de la dirigencia estadal del PSUV, que sólo
días antes de las elecciones parlamentarias del 26 de septiembre se
percataron que el atolondrado mandatario regional estaba mintiendo sobre
el tema de los recursos entregados a su gestión y, además, se demostró
que de parte del Gobierno Nacional jamás han dejado de enviarle los
recursos que él dice no recibir. Por cierto, sería interesante saber
cómo marchan las investigaciones de las denuncias que realizaron miembros
del buró del PSUV, ya que el pueblo carabobeño espera de las instituciones
del estado que den respuestas sobre las manipulaciones del gobernador
del estado y que éste, asimismo, explique que ha hecho con el dinero
que sí ha recibido.
Por otra parte,
un elemento importante a considerar es la desmovilización que vienen
teniendo las bases populares del chavismo en este estado. Encontrar
las razones sobre el porqué hemos tenido un descenso en la participación
de los 14 municipios. ¿Por qué se ha perdido la efervescencia y la
subjetividad de apoyo a la revolución?, esa incógnita hay que resolverla
urgentemente. ¿Qué ha pasado con los sectores populares que en los
inicios de la revolución en Carabobo fueron capaces de rescatar la
refinería El Palito y la planta de llenado en Yagua, durante el paro
golpista del 2002?
Hoy un balance
responsable en el estado debería revisar, sin posiciones acomodaticias
en el análisis, todas estas situaciones. De no ser así, se volvería
a cometer un grave error en querer hacer ver que el problema está en
la falta de conciencia del pueblo. Si no se asume en la dirigencia del
PSUV que no ha existido un partido con vinculación real en las masas,
una dirigencia cercana al pueblo y a su militancia, que no hemos sido
capaces de resolver problemas elementales y necesidades de la gente,
entonces la soberbia y la prepotencia seguirá apartando al partido
de las bases populares en el estado.
Se hace necesario
recuperar la calle y la movilización popular en Carabobo. Ya pasaron
los tiempos de confundir a la gente con gestiones de pan y circo; presentarles
como obra revolucionaria las realizaciones de ferias (que igual hace
la burguesía) y llamarlas “socialistas”, ya no estamos en momentos
de los potes de humo, se acabaron ya las patrullas fantasmas que nunca
se reunieron. Hay que oír lo que tienen que decir los voceros y voceras,
los trabajadores, los estudiantes, las mujeres, los facilitadotes, los
jóvenes y los luchadores sociales. Hay que oír al pueblo.
Ese ejercicio
es vital para garantizar la continuidad de la revolución en el 2012
y, por ende, la victoria del Comandante Chávez. Ésa la gran tarea
en Carabobo: activar la militancia permanente del partido, esa labor
es de todas y todos.
Vemos de manera
optimista el despertar en algunas zonas carabobeñas con la realización
asambleas del poder popular y reuniones para tratar los temas que hoy
se discuten en el país. Estos encuentros deben continuar y fortalecerse
en estos momentos. Ante la inactividad y ceguera de quienes deben dirigir
estos procesos en Carabobo, las bases populares sí han entendido que
en la tardanza está el peligro.