Mucuchies, tierra de hombres y mujeres laboriosas, de tradiciones en faena agrícola, rodeada por los páramos de la sierra nevada y la sierra del norte de la culata, asiento de variedad de lagunas, picos y picachos, bordeada por el majestuoso rio chama, ubicada según coordenadas con latitud 8º 44’51’’, longitud 70º 55’ 14’’, conocida en el pasado por sus grandes sembradíos de trigo, cual pintaban sus montañas con espigas de oro, es también de referencia por la variedades de ese tubérculo presente en la gastronomía nacional como lo es la papa, nombrada popularmente como cucubá, de papas nativas originarias o papas negras apodada arbolona negra o papa reinosa, lo cual constituye un patrimonio histórico y cultural que son una creación colectiva de sus campesinos.
Mucuchies, capital del municipio Rangel del estado Bolivariano de Mérida, se encuentra a 48 kilómetros de la ciudad de Mérida, ubicada a 2.893 metros sobre el nivel del mar, con temperaturas entre 8 y 11 grados centígrados también conserva en su memoria el acervo histórico de los tiempos de la lucha por la independencia de Venezuela, pues formo parte del itinerario de la campaña admirable del año 1813, siendo recibidos el libertador Simón Bolívar junto a sus tropas, por los aguerridos patriotas mucuchiceros en el sector de Moconoque, lugar donde hoy se levanta un magnánimo monumento construido durante la gestión del recordado alcalde revolucionario Alexander Quintero, en homenaje al indio Tinjaca, al Libertador y al perro Nevado.
El perro Nevado se hizo famoso entre la tropa, y se dice que era de color negro como el azabache, las orejas, el lomo y la cola blancos, lo que hacía recordar la cresta nevada de los páramos andinos, razón por la fue llamado Nevado.
Así, entre los fríos valles y montañas que existen desde la Mérida serrana hasta Mucuchies recorrieron los patriotas en dirección a Santa Ana de Trujillo, donde se firmaría el decreto de guerra a muerte el 15 de junio de 1813.
El 10 de junio de 1813, hace ya doscientos dos años, se unieron al ejército Libertador ochenta y dos hombres y un perro, orgullosos muchiceros que se unieron a las fuerzas patriotas, algunos de ellos con rango de milicia más sesenta y cinco soldados entre los cuales se destacaba el indígena Francisco Tinjaca, mejor conocido como el indio Tinjaca, que junto al fiel perro Nevado constituyen el símbolo de valentía paramera que ofrendaron con su vida en lucha por la independencia nacional.
Florecieron hombres que desde lo más profundo de los páramos se desprendieron de sus tierras, de sus mujeres, de sus padres, se fueron tras los sueños de hacer realidad la patria, que derramando su sangre, fueron construyendo caminos de esperanza con el calor del frailejón, ellos con sus pies descalzos, con cotizas tres puntos con su ruana terciada al hombro, emprendieron el camino llenos de sueños, de esperanzas, de amor en sus corazones, recorrieron los caminos parameros, acompañados del frio, la nieve, la neblina y el frailejón sembrando los caminos de libertad.
Hoy a doscientos dos años de tu tributo a la gesta libertadora por ti queremos brindar, Mucuchies, con sus verdes suelos, sus riscos de alta hermosura, con senderos de piedra y rio, sus aguas termales del Musui que engalanan a sus bellas aldeas desde El Vergel, Misinta, Los Aposentos, el santuario de San Benito, Mucumpate, Mixteque, El Mocao, Michurao, con su fastuoso valle de Gavidia, todo un rincón andino de historia Patria que invitan a degustar con su mesa criolla de papas con sani.
Así, como entre surco, arados y siembras de agua brota la semilla en flor, entre la brisa paramera y calidez del frailejón, fue creciendo el fervor por la PATRIA; Campesinos de Mucuchies que reflejan bondad, picardía y laboriosidad; Así como las montañas terminan en picos y los pueblos en hombres, que se hacen multitudes en pos de la Revolución, rodeados de jardines de sembradíos, donde se forjan los seres al calor del frio del páramo. ¡OH MI TERRUÑO QUERIDO!