La mala suerte de Santa Ana de Coro

Al principio, los nombres los dio la poesía, como decía Manuel Vicente Magallanes, primero fue Todariquiba región de sembradíos, luego tomó el nombre del Río Coro cuya palabra homónima en lengua castiza es viento.

Las contradicciones y mala suerte de Santa Ana de Coro vienen desde su génesis, desde la historia inventada por los que se hicieron dueños de la comarca a bajo costo.

Al poblado, que ya existía y lo dirigía el Cacique Manaure, que además de jefe político, era jefe religioso El Diao, quien a través de mensajeros y lengua de intérpretes había concertado la fundación de un asentamiento con Juan Martínez de Ampíes, quien tenía su centro de mando en Santo Domingo, el hijo político de Martínez Ampíes, Lázaro Bejarano funda el 26 de Julio de 1.527 el Asentamiento en las tierras del cacique tranquilo, un año y medio después en octubre de 1.528 llega a tierra firme Juan Martínez de Ampíes, pero ya estas tierras habían sido cedidas en concesión por la Corona española a los Welser alemanes, quienes detienen y deportan a Martínez de Ampíes, con los Welser se inicia lo que sería la mala suerte de Coro, nace un remedo de ayuntamiento, siendo la mayoría de los regidores nombrados por el Gobernador, este ayuntamiento que obedece al Gobernador de los alemanes y defiende los intereses de la Compañía, da inicio al enfrentamiento entre la población y el ayuntamiento, este enfrentamiento ha perdurado por los siglos y aún hoy se manifiesta en la incompetencia del ayuntamiento de normalizar el servicio del transporte en la ciudad que aunque privado es llamado público y garantizar el aseo de la misma.

El Diao Manaure a la cabeza del pueblo Caquetío no solo recibe al invasor con la mano amigable extendida, además adopta su religión y es bautizado como Martín, perdiendo su autonomía y mando, tarde es cuando Martin Manaure se da cuenta de su error, trata de reclamar sus pertenencias y es hecho prisionero, en aquel Manaure cabía la expresión que siglos después acuñaría el Jefe de los Orientales Don José Gervasio Artigas, más vale morir de pie que vivir de rodillas, a Martin Manaure las rodillas no le aguantaron la sumisión y decide alejarse de la Curiana y se va, en Barinas dura un tiempo, sigue al sur llega al Meta y muere lejos por allá por tierras de El Casanare, sin la gloria de los originarios que resistieron la cruel invasión que dejó en nuestro continente en nombre de la cruz y la espada 60.000.000 de muertos, muere Martín sin la gloria de Guaicaipuro, Lempira, Tamanaco, Tiuna, Tupak Katari.

Santa Ana de Coro no ha sido afortunada con sus gerentes, ninguno ha mirado hacia sus problemas estructurales, todos han sido víctimas del cortoplacismo, otros le han añadido mediocridad, ni siquiera siembran una mata, las compras ya grandes, para trasplantarlas porque todo es el corto plazo.

Si uno se pasea por Santa Ana de Coro y se pregunta cuáles son sus grandes problemas?, el primero de ellos es definirla como ciudad, no podemos esperar que gente venida del medio oriente y del oriente nos definan la ciudad, a esos el bolsillo no les va a dar más que para el montaje del Sambil de la calle Buchivacoa con Bolívar, de ahí no pasan, Coro tiene ventajas estratégicas, a 40 minutos el Complejo Refinador Paraguaná conformado por las refinerías de Cardón, Amuay Bajo Grande, a dos horas del Complejo Petroquímico Ana María Campos con toda su cadena de fertilizantes y plásticos, cercana a las posesiones holandesas en el Caribe, asentamiento de numerosas universidades, con todos esos ingredientes se puede preparar una buena propuesta para apuntalar el desarrollo endógeno de la ciudad.

Entre los puntos que se deberían considerar al definir a Santa Ana de Coro y su futuro pudieran estar:

  1. Resolver la problemática del agua en la ciudad

  2. Resolver los problemas de infra estructura, a pesar de la escasez de agua cuando llueve la ciudad se inunda por falta de drenajes

  3. Una vigorosa Zona Industrial donde uno de sus componentes debería ser la transformación de resinas provenientes del Complejo Petroquímico Ana María Campos, desarrollo metalmecánico, procesamiento de la producción agropecuaria de la sierra, y una verdadera industrialización de la sábila soportada desde su base por los productores.

  4. Una Planta de Tratamiento de aguas negras para ser usada para el riego en las afueras de Santa Ana de Coro y en sectores del municipio Colina.

  5. Repotenciar la Planta Eléctrica del Kilómetro 7 con nuevos turbogeneradores a gas.

A medida que se hagan las consultas deberían aflorar ideas innovadoras que ayuden a la transformación de la ciudad que hasta ahora ha sido gobernada por el corto plazo y por la misma gente, por una especie de super estructura que ha tenido presencia en todos los gobiernos que han pasado por la ciudad, bien sea directamente o detrás de las cortinas, los mismos de siempre, que ven a Coro como una oportunidad de negocios, que hacen dinero con la corianidad.



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Jesús Borges


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