Nilsen, la concejala maravilla y “revolucionaria” de Margarita

Con alguna frecuencia en el año, voy a la isla. El viaje es para compartir con viejos amigos de la UCV los tiempo de ahora y no lo de ayer. Los tiempos pasados, ya lo hemos desbaratados todos. Mi sitio de llegada es el agradable pueblo de Los Altos del Gallego entre el Cercado y Tacarigua. Ahí tengo un gran amigo de la vida, que con sus 70 llegando a los 80, se conserva muy bien y con ganas de hacerle buenas bromas a la vida.

Tengo la costumbre de irme hasta El Cercado y El Maco a ver si puedo traerme algunas artesanías. En el caso de El Cercado, la artesanía la traigo para venderla y así, aguantar el golpe de los gastos del viaje. La artesanía del Cercado es muy bonita.

En El Maco, me hago de unos simpáticos zapatos que ellos llamaban tabacalera. Una belleza calzados, que son muy cómodos. Esta vez, no pude comprarlo porque la Sra Dorina, habia salidos del país, según me contaron, el señor Manuel lamentablemente murió y la otra referencia que tenía (Sra Mercedes), no pude localizarla.

Mientras estaba en El Maco me dio una bajada de tensión y me fui a un modulo de servicio. Llegue y ese modulo de servicio que en otra ocasión me pareció a un lugar muy agradable, lo vi como un sitio de Siria. Salí un poco angustiado y pregunté por un punto de enfermería donde pudieran verme la tensión y me dijeron, que cerca de la iglesia del pueblo había un módulo. Llegue al llamado módulo y salí inmediatamente porque sentí que la tensión me podía explotar y me fui al carro.

Estuve un rato en el carro mientas me pasa el vaporón. Al rato, se acercaron unas tres personas con ganas de invitarme a un trago. Me dijeron una cosa, que no entendía, ¿seco? Insistían con la botella en la mano, diciéndome ¿seco?.

Luego entendí que era trago que me ofrecían. Le conté mi situación y entre chiste y tragos que se tomaba, mi tensión se tranquilizó. Ya mejor, aproveche la familiaridad que se produjo para preguntale que si el comando del sur de EEUU, había comenzado la guerra con Venezuela por El Maco y si el primer misil, habia caído en el ambulatorio. ¿Misil? Me dijo uno. Ahí cayó Nilsen. Yo quería tomar esto a broma y la persona me salio con una de los margariteños.

¿Cómo que cayó Nilsen? Cayó una centella de aquí. Explícame insistí yo, amigo, Nilsen es una concejala que debe ser la única concejala del país que tiene las funciones, no de legislar en su cámara municipal y controlar la gestión de su alcaldesa, sino de le hacer todo lo que se le antoja en el pueblo. Un día, con apoyo del anterior gobernador, decidió tumbar el modulo que a lo mucho necesitaba, era una reparaciones menores y desde ese momento, la concejala Nilsen nos dejó sin modulo de servicio de salud y ahora, cuando necesitamos que nos vea un médico, tenemos que entrar amontonados a un cuartico que ya 10 persona hacen aquello insoportable.

Me dijo el maquero amigo, cuyo nombre omito porque le pude caer un misil, que lo increíble no es que el misil Nilsen haya destruido el modulo de servicio, que ya es bastante para este pueblo. Nilsen, me comento otro maquero, administra con mucha "discreción" y as u modo, la entrega de las caja Clap.

Como se ve, Nilsen es una maravilla de concejal. Por lo general un concejal o una concejala poco caso hacen para ganarse sus dieta que reciben, pero Nilsen deshace e igualmente se gana su dieta. Lo insólito, según me contaron, es que habiendo dejado al pueblo sin modulo médico; Nilsen fue reelecta en la filas del "revolucionario" PSUV.

No muy seguro con esta versión, me detengo en un sitio que llaman "donde Isabelita" y ahí la misma historia.

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Claudio Dominguez


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