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Siempre recuerdo al periodista Kotepa Delgado (†) a quien leía en el otrora diario El Nacional, él tenía como premisa: “Escribe que algo queda”. Convencido estoy que al escribir algo queda, así que continuo escribiendo sobre un tema que despierta cierto interés en el alto apure, la histórica lucha de la gente de este territorio de conquistar una entidad política territorial que le permita dar paso hacia el desarrollo anhelado.
Varias experiencias ha vivido en la historia reciente el alto apure. Durante el gobierno de Jaime Lusinchi (1984-1989) la repuesta a este anhelo fue la creación de la Corporación Venezolana del Suroeste Andino (Corposuroeste), cuya sede principal estaba en San Cristóbal estado Táchira, entonces el municipio José Antonio Páez dependía administrativamente del estado Táchira. En Guasdualito fue instalada una unidad Especial de Programación para el Desarrollo, cuyo objetivo general era adelantar un “Plan Operativo de Desarrollo para el Distrito Páez”, de tal manera, de darle respuesta a los problemas más críticos. Éste ente dependía directamente del Ministerio de la Secretaria. Los objetivos del plan operativo se esfumaron entre el burocratismo y la corrupción. Lo que sí lograron los jefes de ese ente institucional fue, literalmente acabar con la reserva forestal de San Camilo. Luego llegó el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez (1989-1994) y el alto apure continuo sumergido en el abandono. Al llegar el gobierno del chiripero-convergente, presidido por Rafael Caldera (1994-1999), fue creado el Ministerio de Frontera (un ministerio sin cartera, pero full de real). El gobierno de Caldera II, como respuesta a las exigencias de atención que clamaba el alto apure le regalo la creación del teatro de operaciones N°1 (TO1), lo que significó la militarización del territorio alto apureño y con ello, la desaparición técnica de las autoridades civiles. Lo otro que hizo fue la creación de “Ciudad Sucre”, en la parroquia Urdaneta, que sirvió, -al igual que Corposuroeste- para llenar los bolsillos de políticos y contratistas. Fue la obra monumental del ministro para asuntos fronterizos Pompeyo Márquez (†). Hoy “Ciudad Sucre” es un monumento al abandono y las necesidades del alto apure crecieron exponencialmente junto a la violación de los derechos humanos.
En el año 1999, una vez que se concreta la convocatoria a la Constituyente, la gente del alto apure toma nuevos bríos y en una elección primaria, donde participaron tres precandidatos (Rafael Rodríguez Fernández, José “cheo” Mendoza Forero y quien escribe) es electo Rafael Rodríguez como candidato por el alto apure a la constituyente, haciendo dupla con Cristóbal Jiménez. Ambas candidaturas derrotan de manera contundente a los adecos José Gregorio Montilla y Henry Ramos Allup. Una vez electo Rafael Rodríguez como constituyente se conforma un amplio movimiento integrado por distintos sectores de los municipios José Antonio Páez y Rómulo Gallegos, con el claro y único objetivo de conquistar un ente político -territorial que garantice el anhelado sueño de desarrollo de esta región llanera. Como producto de esa lucha se conquista, se plasma en la novísima constitución, aprobada por referéndum popular en diciembre del año 1999, la disposición transitoria tercera, numeral 3, el mandato constitucional de aprobar dentro de los seis primeros meses siguientes a la instalación de la Asamblea Nacional “Una ley especial para establecer las condiciones y características de un régimen especial para los municipios José Antonio Páez y Rómulo Gallegos del Estado Apure (…)”
A los veintiún meses de haberse instalado la Asamblea Nacional, nace la Ley Especial que crea el distrito Alto Apure (Ley 56). Ley que fue publicada en la Gaceta Oficial Numero 37.326, de fecha 16 de noviembre 2001.
Como lo señalé en un artículo publicado en este portal (23/07/16 - www.aporrea.org/regionales/a231270.html), el distrito especial nació con plomo en las alas, lo que lo llevo a languidecer tempranamente.
Del languidecimiento a la supresión y liquidación.
Una de las medidas “protagónica y participativa” que toma la supra ilegítima e ilegal Asamblea Nacional Constituyente (ANC) fue suprimir y liquidar el distrito del alto apure, es decir, eliminar la ley 56, que como lo hemos señalado anteriormente, fue una ley conquistada de una larga y dura lucha del pueblo alto apureño en el marco de lo que se conoció como proceso popular constituyente. No fue una dadiva, no fue un regalo caído del cielo, por obra y gracia del espíritu santo. En el marco de la discusión constituyente se realizó una hermosa y combativa movilización que partió desde Guasdualito, atravesó a caballo y bicicleta los estados Barinas, Portuguesa, Cojedes, Carabobo, Aragua, Miranda hasta llegar a Caracas y se instaló, en las adyacencias del Palacio Legislativo Federal. “Un gentío de vegueros y vegueras” con arpa, cuatro, maracas, acompañando la voz relancina de un centenar de cantores, cantoras, poetisas y poetas llaneros y llaneras.
El 20 de diciembre de 2017, el pueblo del alto apure se entera por radio, televisión y redes sociales de la democrática y participativa decisión de la ANC de suprimir y liquidar el Distrito del Alto Apure. La gente llora en silencio, porque, entre otras cosas teme expresar su digna rabia porque un año antes, se había montado un falso positivo donde detuvieron a decenas de ciudadanos, lo que intimo a la gente a no salir a protestar la medida de supresión y liquidación. El 27 del mismo mes, es publicada en Gaceta Oficial número 41.308, el decreto constituyente, que contiene cinco considerando e igual número de decretos, donde la ANC justifica dicha medida.
