El diario de fecha 3/08/2024 de Oscar Heck, me obliga a hacer un llamado a las autoridades que tienen que ver con la salud pública, pues en Merida están ocurriendo hechos similares. Yo en escritos anteriores he solicitado al gobierno nacional que creara la Misión LOCOVEN, y nadie me ha parado bolas. Hay gente que no soporta a Nicolas Maduro como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. El caso de Oscar Heck es patético y necesita ayuda psicológica para superar el trauma que le está atormentando. Nos dice en su último escrito que: "Esto da mucho miedo, la incertidumbre de no saber lo que está ocurriendo, mata. Me cuentan que han habido muchas personas que olivhan suicidado, y les creo. Yo, así como mucha gente, me siento totalmente agotado, estropeado, y aplastado como una cucaracha en el piso.". Es tal su Disociación sicótica que en sus delirios dice hoy lo siguiente: "Aún, a mí me gustaría trabajar con María Corina Machado para ayudarle en la sanación y recuperación OPERATIVA de nuestro país ya que en lo OPERATIVO, yo soy excelente (pero soy nulo en lo político, pero, eso no importa ahora)." https://www.aporrea.org/ideologia/a333109.html
No es humanamente posible que una parte de nuestra población esté en esa situación psicológica, pues las metas que nos hemos planteado y deben ser logradas por el gobierno nacional, legalmente electo el 28j,. no serán logradas con un poco de gente desquiciadas, contaminando a los que quieren progresar y echar para adelante al país. Es por eso que hago un serio llamado para que esos venezolanos que presentan esos síntomas descritos por Oscar Heck en la Guaira y que yo he observado en algunos egresados de la Universidad de los Andes en Mérida, sean científicamente tratados hasta lograr su sanación. Lograr el máximo bienestar y la mayor suma de felicidad posible para nuestro pueblo será muy costa arriba con parte de nuestra población sufriendo.
Las personas que yo he encontrado en Merida con esta sintomatología, el solo nombre de Nicolas Maduro, les hace vomitar, el rostro se les descompone y comienzan a decir groserías contra él. Algunos me han gritado en mi cara que si lo tuvieran enfrente lo matarían. Siempre recuerdo el caso de Libia y lo que hicieron con Gadafi.
Les sigo agradeciendo a mis escasos lectores que se encuentran viviendo muy cerca de personas, que sufren de disociación psicótica, que no intenten llevarle la contraria, solo déjenlo hablar para que descarguen la dosis de odio que llevan por dentro y necesitan vomitarla. Eso si, tenga cuidado que ese vomito NO le caiga encima a usted.