INTRODUCCIÓN
"Una sociedad no democrática no le concede amplia importancia a la Semiótica en su acción educativa porque el conocimiento de los signos hace más invulnerables a quienes lo poseen de la manipulación que se efectúa a través de los signos". Charles Morris, 1962.
El presente texto es una primera reflexión del Dr. Jesús Castillo expuestos en términos catedráticos -que se refieren a los fundamentos de la lingüística estructural saussureana-.
Y una segunda reflexión como respuesta breve del giro semiotico o la Semiótica de Paolo Fabri -quien propone un nuevo modo de hacer semiotica.
Por esta razón, la segunda reflexión no pretende ser una guía escolar. Pero, tampoco desconocer que se trata de un tema altamente delicado y complejo.
Si implícitamente lo alcanza, mala fortuna: Habent sua fatal libelli - todos los libros tienen su destino- y esta reflexión tiene el suyo, ser todo lo contrario.
Entonces, la intención de estas reflexiones tienen por finalidad estimular a los lectores a enfrentar el discurso semiótico mediante una actitud crítica.
PRIMERA REFLEXIÓN
Por Dr. Jesús Castillo
Grandes teóricos de la comunicación han tratado de comprender el giro lingüístico en la sociedad. Es interesante tomar en cuenta a Jürgen Haber más en su célebre "Teoría de la Acción Comunicativa" donde expresa que todo la acción humana es lenguaje. Pues, a través de él se logra seducir, dependiendo del artificio del emisor y de la superfluidad mental del emisor. Una situación de hegemonía a través de la palabra sublime. Otros expertos prefieren hablar de giro lingüístico cómo esa capacidad de usar palabras rebuscadas para endulzar o cautivar a otros, cuando en realidad no son más que vacíos epistémicos. No dejan de tener razón los hermeneutas, filólogos y semiólogos cuando exponen el sentido de la pragmática cómo esa intencionalidad escurridiza de cualquier autor cuando habla o plasma un escrito. Por ejemplo Teun Van Dijs en "Texto como contexto" resalta las relaciones de poder subyacente en todo discurso, respondiendo a las circunstancias del momento.
Ahora bien, tratando de ser llano, me preocupa que se tomen estos espacios virtuales para hacer cualquier "fantasía especulativa" en política, como si ella se tratara de un asunto donde se "juega carrito" y que todos los que somos miembros de este grupo vamos a caer de incautos en esos "inventos numéricos. Por eso la razón de ser de mis palabras preliminares, cargadas de un contenido académico. Pero en este plano de lo cotidiano, no somos "inocentes" ni nos vamos a dejar convencer por un caramelo, que pudiera ser de cianuro. Por lo menos eso es lo que creo y hago política de altura. Creo que ella debe estar destinada para las personas éticamente comprobadas, responsables y con formación integral (no me refiero a títulos que no necesariamente mide la cualidad humana). Sencillamente no se puede cometer el abuso de utilizar artilugios comunicacionales ni apropiarse de identidades que contagian al ideario colectivo. A la gente hay que respetarla, primero, porque es un principio iusnaturalista y, en segundo lugar, por su condición humana y necesita ser orientada a la búsqueda de la verdad. Aquí no se trata ahora de justificar que es un juego, un humor, una broma. Los que hacemos política debemos tener respeto hacia los demás y hablar con la verdad. De allí depende que se gane la admiración de los demás. Pareciera que le estaríamos dando la razón a Bauman cuando calificó a esta sociedad de líquida, es decir no sólida ni coherente, sino que en ella nadie respeta a nadie ni cumple los compromisos contraídos. ¡Qué vaina, la realidad que se aleja de mi!, diría el poeta desconocido. Hasta aquí va mi reflexión.
SEGUNDA REFLEXIÓN
Por Arq. Servando Marín-Lista
Déjame responderte desde la Semiótica Comuncacional -rebuscada o no-, para poder avanzar con determinación sobre los contenidos de tu "Reflexión" fundamentada en la lingüística estructural Saussyreana -en su forma de expresión y del contenido mismo-.
Paulo Fabri, es quien nos propone un nuevo modo de hacer semiotica -"reflexión" la llamas tú-. Por esa razón, te colocas al final, "no como el catedrático sino como el inspector del CICPC", pues lo escrito por tí es altamente delicado y complejo para que te entiendan en ese nefasto y aterrador grupo de wassap llamado "Yerba Buena", donde se permiten, desde COBRAR a través de una visión ultra derechista -para no decir fascista-, y al mismo tiempo, invitar en base a un conjunto de ideas no tan particulares a tomar Old Par.
Esto se denomina, mi querido Doctor, "Semiótica de autores", del cual se han tomado las más bajas nociones elementales.
Verbigracia: "Asociar la más rancia conducta delincuencial con la toma del poder político": Hasta el final, el 10enero cobramos.
Pregunto:
- ¿Tú esperas una invasión de todas luces antipatriótica y antinacionalista?
- ¿Es por las malas?
En virtud de tu intención pedagógica, te invito al contacto con quienes han hecho esfuerzos para desarrollar la teoría de los signos como ciencia rectora de los estudios de la cultura como comunicación: Saussure, Percepción, Hjelmslev, Baarthes, Martinet y Morrin, Gremial, Buyssens y Prieto, Jakobson, Lotman, Shannon y Weaver, Fabri, Eco, Benveniste, Baudrillard y Rossi - entre otros-.
Apoyarse en esta variada bibliográfica, es para ir al centro de la hermenéutica -lo que el mismo texto nos dice hoy a nosotros en un contexto distinto y en un lenguaje comprensible al hombre moderno-, de los autores y sus exegetas -es aquel análisis del texto bíblico destinado a descubrir lo que quería decir el autor a sus contemporáneos-
Casi siempre en lengua española, hasta el punto de que muchos se hacen catedráticos con doctorado inclusive, sin consultar a ningún autor de los nombrados.
Para terminar, apreciado amigo, ya ese terreno de la discusión estéril "ya me juzgaron y condenaron", con una actitud no consonante con las aseveraciones de Barthes y algunas notas de Todorov, que consideraban inadmisible las malas intenciones en la enseñanza de la Semiótica.
Es decir, no hay suficientes elementos probatorios de tan infame propósito. Presuponer para luego dirigir un canallezco atropello es una falacia inaceptable.