I.
La amigdalitis tiene gran impacto en la salud pública, ya que representa un porcentaje significativo dentro de las enfermedades respiratorias (Latinoamérica 38 % y Venezuela 28%).
Esta valoración nos obliga a estudiar estos casos y a promoverle a la sociedad soluciones en el marco lógico natural.
Las amígdalas están ubicadas a la entrada de las vías respiratorias y digestivas. Esta encrucijada es llamada Anillo Linfático de Waldeyer y su función es proteger al cuerpo de elementos patógenos hasta la edad adulta joven y entrenar al sistema inmunológico durante la niñez.
La amigdalitis es poco frecuente antes de los 3 años de edad, la máxima incidencia está entre los 4 y 15 años; baja en los adultos y es infrecuente en personas adultas mayores.
El origen de la amigdalitis en su mayoría es viral, bacteriana o micótica. También hay otras causas: a) Traumáticas: ingestión de cuerpos extraños; b) Irritantes: reflujo gastroesofágico, contaminantes ambientales, respiración bucal, goteo posnasal, sobreuso de soluciones tópicas bucales y faríngeas (colutorios); c) Agentes químicos: productos de limpieza o exposición ocupacional; d) Agentes físicos: radiaciones y e) el tabaquismo.
Ante una amigdalitis hay que tener presente tres cosas. Una, que si el cuerpo está debilitado -por razones de edad, resfríos o estrés (físico o psicológico), el sistema inmunológico no funciona bien. Otra, que si los agentes patógenos encuentran un terreno propicio para multiplicarse velozmente en los tejidos blandos de la garganta, habrá infección. Tercero, la Naturopatía, las medicinas naturales y sus terapias complementarias sigue siendo la opción más económica, eficiente, sencilla y segura.
II.
El tratamiento natural de la amigdalitis tiene como fin, ayudar al organismo a resolver esta crisis (sin interferir en el proceso, ni mutilar el sistema) mediante el uso de medicinas naturales y sus terapias complementarias que, mediante protocolos, proponen unas prácticas orientadas en tres direcciones básicas como son elevar las defensas, aliviar el dolor y reducir la inflamación, con el manejo de:
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La Fiebre. Respetarla, sin intentar eliminarla. Si es alta (39 ºC) aplicar baños a 36-37 ºC. Si es menor a 39 ºC controlarla empleando paños húmedos y frescos que regulen la temperatura.
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La Hidroterapia. Con envolturas de cuello con un paño mojado en agua de sal marina o vinagre. Tenerlo 20 minutos y renovarlo varias veces. Si no cede la sensación de ardor de garganta a las 6 horas, entonces envolver también los pies hasta las pantorrillas.
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La Dieta. Debe ser rica en líquidos y pobre en sólidos, con abundantes caldos o cremas vegetales y zumos de frutas cítricas.
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Reponer la flora intestinal. Tomar yogur natural, suero natural, kéfir, agua de coco y lactobacilos. Suprimir las grasas animales y productos lácteos.
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Las plantas medicinales. Estas pueden cumplir con los tres elementos básicos: reforzar las defensas, aliviar el dolor y reducir la inflamación. Sus partes se utilizan en todas las formas validadas socialmente: a) Gargarismos; b) Infusiones parta tomar, en compresas y unturas; c) Vapores en la habitación; d) Aguas sulfurosas; e) Drenaje linfático y f) Jarabes.
III.
Para ayudar en el tratamiento natural de la amigdalitis es necesario:
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Difundir el Protocolo y aplicarlo en el sistema público de salud.
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Rescatar prácticas ancestrales.
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Dictar talleres del Tratamiento natural de la amigdalitis.
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Cultivar las plantas medicinales que más se usan en el tratamiento de la amigdalitis.
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Asumir un estilo de vida saludable.