Es Un Paso De Gigantes
Publicado en Tecnología Por Sergio Agudo
Un equipo internacional logra generar más de 70.000 bits aleatorios certificados con un procesador cuántico de 56 qubits, rompiendo las barreras de lo posible en seguridad digital
El procesador Quantinuum H2-1 de 56 qubits utilizado en el experimento marca un hito en la generación de aleatoriedad verificable, crucial para la criptografía del futuro
Nadie esperaba que fuera a ocurrir tan pronto, pero la informática cuántica acaba de alcanzar un hito que muchos creían que estaba a años de distancia. Por primera vez, un grupo de investigadores ha logrado generar más de 70.000 bits aleatorios certificados con un procesador cuántico de 56 qubits, algo i imple promesa para convertirse en una solución real a problemas de seguridad y verificación digital.
Según publica Nature, el experimento utilizó el procesador Quantinuum H2-1 para demostrar la generación de aleatoriedad certificada mediante computación cuántica, un logro que permite producir bits aleatorios verificables sin necesidad de confiar en el hardware remoto que los genera, resolviendo así uno de los grandes quebraderos de cabeza en seguridad digital.
Un avance que abre nuevas posibilidades en seguridad y verificación
El truco está en un protocolo que arranca con apenas 32 bits iniciales para crear circuitos de prueba que posteriormente se ejecutan en el servidor cuántico. Los resultados son verificados mediante supercomputadoras con capacidad combinada de 1.1 × 10¹⁸ operaciones por segundo, que comprueban si todo cuadra con el comportamiento cuántico esperado.
Este sistema permitió certificar 71.273 bits aleatorios, superando por primera vez el consumo de recursos clásicos.
¿Y para qué sirve todo esto? Pues resulta que tiene aplicaciones realmente interesantes.
La aleatoriedad verificable resulta crucial para la criptografía segura frente a amenazas cuánticas, un campo donde diversas empresas ya están invirtiendo para proteger sus sistemas.
Además, tiene aplicaciones en mercados financieros, procesos democráticos y ensayos clínicos donde la imparcialidad debe ser demostrable.
No es el único avance que estamos viendo en el campo cuántico estos días. Se suma a otros logros como la resolución de problemas del mundo real con ordenadores cuánticos, demostrando que se acabaron las promesas y los futuros lejanos para la computación cuántica. La tecnología demuestra ser especialmente útil en situaciones donde necesitamos estar 100% seguros de que nadie ha metido mano en el proceso.
El estudio también revela el interés empresarial en estas tecnologías, con una patente presentada por JPMorgan Chase, señalando que el mundo financiero ya está preparándose para lo que viene.
Este tipo de avances va de la mano con desarrollos como el reciente chip cuántico todo en uno, que explora otras aplicaciones rompedoras basadas en principios cuánticos.
Mientras que China continúa su carrera cuántica con procesadores de 504 qubits, este experimento demuestra que más allá de la guerra de números, lo que importa es para qué sirven estos cacharros.
Los investigadores creen que con mejoras en la precisión de operaciones y en la velocidad de respuesta, la tecnología podría alcanzar el estándar NIST de 512 bits por minuto, acercándola a usos comerciales reales.
La vieja broma de que "la computación cuántica siempre está a diez años de distancia" parece haber quedado obsoleta con este logro.
No estamos hablando ya de récords de laboratorio o de promesas teóricas, sino de aplicaciones tangibles que podrían transformar desde cómo protegemos nuestras comunicaciones hasta cómo verificamos que un sorteo electoral no ha sido manipulado.
La próxima vez que alguien te diga que lo cuántico es cosa del futuro, podrás responderle que el futuro ya está aquí
El primer caso de supremacía cuántica real?
Los científicos de D-Wave utilizaron el procesador cuántico para simular lo que se conoce como "vidrio de espín cuántico", un sistema físico que representa estructuras de materiales reales y que tiene aplicaciones en inteligencia arttificial.
El equipo comparó cómo se comportó el procesador cuántico con los mejores métodos de simulación clásica disponibles actualmente en superordenadores, y el ordenador cuántico ganaba en todo.
Este avance, a simple vista, es bastante más importante de lo que parece.
Establece claramente casos en los que los ordenadores cuánticos pueden hacer tareas que están fuera del alcance de cualquier superordenador actual que, para ponerse al nivel de la máquina usada por D-Wave, necesitarían:
Millones de años de tiempo de procesado en el superordenador Frontier.
Memoria que excedería con mucho su capacidad de almacenamiento.
Un consumo eléctrico superior a todo el global anual.
En resumidas cuentas, un superordenador actual sería totalmente inviable para realizar este tipo de simulaciones.
Este avance supone una pequeña victoria para Norteamérica, y es que ahora mismo China está realizando muchos avances en computación cuántica. Incluso ha creado un ordenador cuántico más potente que el de Microsoft, que ya es decir. El Gigante Asiático tiene muchísimo potencial y, parece ser, muchísimos ases en la manga. No parece probable que los hayamos visto todos.
Sea como fuere, los hallazgos de D-Wave abren la puerta a importantes aplicaciones futuras. Todo lo que tenga que ver con química, desarrollo de materiales nuevos, física avanzada, ingeniería aeronáutica, finanzas, industria farmacéutica e incluso logística y optimización podría beneficiarse enormemente de este avance.
NO SE DEBE SER DÉBIL, SI SE QUIERE SER LIBRE