Lo de las fablistanas de marras, cuya motivación última no es otra que la de joder cualquier iniciativa del gobierno, es que su desprecio a los sectores populares sólo es superado por su ignorancia. La satanización de lo vulgar ha sido una constante por parte de los sectores dominantes en las sociedades divididas en clases, es su mecanismo para manipular y afirmar su supuesta superioridad cultural, pero ocurre que tarde o temprano las formas creadas por el pueblo vilipendiado terminan imponiéndose. Esas imbéciles no deben saber que existe una Biblia traducida del latín clásico al latín vulgar y que se denomina La Vulgata , origen de las Biblias en los idiomas actuales. Veamos lo que dice la Wiki con relación a esto: “ La Vulgata es una traducción de la Biblia al latín vulgar, realizada a principios del siglo V por San Jerónimo, por encargo del papa Dámaso I en 382. La versión toma su nombre de la frase vulgata editio (edición para el pueblo) y se escribió en un latín corriente en contraposición con el latín clásico de Cicerón, que San Jerónimo dominaba. El objetivo de la Vulgata era ser más fácil de entender y más exacta que sus predecesoras.”
Lo que debe ocurrirle a las aspavientosas señoras es que al nombrar el Vergatario, al sentir la mitad de la palabra en su boca con toda la connotación erótica que le atribuyen, se atoran.
Aunque chillen lo que chillen, aunque les duela lo que les duela, este pueblo y este gobierno son cada día más vergatarios.
¡Viva Venezuela socialista y vergataria!