Ecuador siempre

Un nuevo zarpazo para las democracias de América vive la hermana República del Ecuador. La derecha fascista apoyada por los momios intenta acabar con el estado de derecho representado por el Presidente Rafael Correa. Como un solo pueblo, las naciones latinoamericanas debemos rechazar el golpe de estado que se desarrolla en Ecuador. El fascismo pretende hundir a la hija dilecta de Sucre en la oscuridad, en la represión, en la larga noche de una dictadura militar.

Cuando creíamos superado –en pleno siglo XXI – la existencia de regímenes totalitarios, la extrema derecha busca asumir el poder por la vía de la violencia desconociendo la soberanía ejercida desde el corazón del pueblo. Usar a las fuerzas armadas y policiales para golpear la institucionalidad de un gobierno legítimamente constituido, representa desconocer la pluralidad del pensamiento, la libertad para elegir que posee el colectivo, irrespetar el interés de todo un país.

No podemos obviar lo ocurrido en Honduras cuando se desconoció el mandato del presidente Celaya que fue derrocado bajo la mampara de un golpe constitucional con la complicidad de los Estados Unidos. La intromisión de la Casa Blanca le costó a Honduras la salida de su presidente legítimo y la pérdida de la democracia. Los procesos revolucionarios que han marcado en los últimos años la política de América Latina, se convirtieron en un obstáculo para los intereses de EEUU. El intervencionismo del imperio busca salvaguardar el capitalismo, la inquina y desconocer los más elementales derechos del hombre libre.

Ecuador resistirá el embate de los gorilas. La emancipación de América seguirá su curso. La democracia ecuatoriana vivirá para demostrar al mundo que la dignidad, la solidaridad y la libertad perviven en el alma de quienes creemos en ellas. Estamos obligados a movilizarnos para defender la revolución, para decirle al mundo que no podrán con el sentimiento de liberación que recorre la columna vertebral de América. Los golpistas están condenados al fracaso, su vileza sembrará en la memoria del pueblo ecuatoriano y del orbe la necesidad de defender incluso a costa de nuestras vidas, la libertad.

El pueblo ecuatoriano no está solo. Rafael Correa es el presidente legítimo de Ecuador y, por lo tanto, es el bastión visible de nuestro país hermano. La represión no callará la voz de los desposeídos, de quienes desean vivir en paz. No pasarán de nuevo los bastardos que viven plegados al imperio. El estado de derecho debe restituirse. VIVA CORREA. ALFARO VIVE, CARAJO. VIVA EL PUEBLO ECUATORIANO.



caminosaltair@hotmail.com



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