Comenzar el golpe con un conflicto
creado entre el estado y su fuerza policial, que en ningún país de
mundo ha sido una fuerza considerada militarmente como capaz de dar
un golpe de estado es la matriz de debilidad fingida, de falta de posibilidad
de triunfo, es una política encubierta del pentágono para comenzar
su proceso de derrocamiento de la revolución ciudadana en Ecuador.
Aparece un mando militar conformado
por las fuerzas de los demás componentes anunciando al país que ellos
han tomado el control y la responsabilidad de devolver la estabilidad
al hilo constitucional, pero no mueven un solo dedo por rescatar al
presidente Correa ni por impedir que las fuerzas sediciosas avancen
tomando y silenciando a los medios de comunicación fieles a la democracia.
El golpe sigue, en cámara lenta pero con pisadas de plomo, como sucedió
en Honduras.
Este golpe no tendrá
la salida que tuvo el intento de golpe que intentó derrocar a
Chávez en el 2.002, ya en Honduras aprendieron a rendir y superar al
pueblo desarmado en las calles, con argucias de promesas incumplidas,
como la promesa de la vuelta de Selaya que jamás fue cumplida y donde
lograron legalizar el golpe con una elecciones falsas que al final han
sido institucionalizadas.
Debemos actuar con más fuerza
ante esta nueva arremetida. La fuerza de presión internacional debe
comenzar a ejercerse de inmediato no abriendo compases de espera. Veo
por la televisión a esta hora que parte de las fuerzas armadas se han
plegado al pueblo e irrumpen hacia el hospital de la policía donde
se encuentra Correa. Es la única forma de desmontar esta nueva patraña.
Desde ya debemos asumir puestos de combate en todas nuestras patrias.
De seguro que Unasur amanecerá más unida que nunca. El pueblo debe
unirse a su ejército leal y salir a combatir si es necesario con armas
a los golpistas.
No podemos permitir una victoria
más a los fascistas en nuestra América, hacerlo será rendirnos.
En la demora está el peligro, ni un minuto se puede perder. Ejércitos
de voluntarios deben estar preparados para ir a combatir junto al pueblo
de Ecuador, con la licencia que nos dieron nuestros héroes de independencia,
para luchar en cualquiera de nuestras patrias.
Las calles de todo el continente
serán los campos de lucha, la respuesta y presión a nivel de las chancillerías
deben de ir cercando la posibilidad de sobrevivencia a un régimen golpista.
Estoy seguro que el pueblo
de Ecuador derrotará esta asonada. Que no nos dejemos adormecer
con las palabrerías y promesas. Los golpistas deben ser castigados,
el pueblo debe luchar con todas las armas necesarias y de inmediato.
Ante este nuevo golpe de la sedición burguesa se debe asumir una alerta
continental y una decidida lucha que erradique el camino golpista como
forma de truncar el camino hacia el socialismo. Como dijo Correa citando
a Neruda: ¡podrán cortar las flores, pero no podrán cortar la primavera!
¡Venceremos!