Pero el hombre resultó que no era tan insulso. Cada vez fue fijando posición y cumpliendo la tarea que le fue encomendada: Utilizar la OEA para atacar a la Revolución Bolivariana. Ese es el objetivo.
Con lo que no contaban
fue que la Revolución Bolivariana de Venezuela iría profundizando
sus bases y construyendo una plataforma sólida en los sectores populares.
Y ello ha obligado al supuesto insulso a definir y radicalizar sus posiciones
antivenezolanas y antidemocráticas, que con el apoyo de los sectores
más reaccionarios de la sociedad venezolana y del Gran Capital Imperial,
va aumentando su injerencia en los asuntos internos de nuestro país.
Tal y como lo dijo
nuestro Embajador Roy Chaderton: ¡¡Ya Basta Sr. Insulsa!!! ¡Ya se
quitó la careta de insípido! Ya lo conocemos y puede tener la seguridad
de que, por lo menos en la República Bolivariana de Venezuela, usted
no es bienvenido. Será rechazado por el verdadero pueblo venezolano.
Una sola cosa sí se le agradece. Que nos haya recordado lo que enseñó el Che: Al imperialismo no hay que creerle ni tantito así. Y yo le agrego, en su caso, el viejo refrán: la cabra tira pa´l monte!!
19/02/2011