Erase una vez un país llamado Utopía del Sur, ubicado en la región austral. Muchos visitantes y turistas solían preguntar por Utopía del Norte, nación que había existido 200 años antes, hasta que los norteños se industrializaron y crearon el Imperio del Dólar.
El Imperio liquidó la bucólica Utopía y creó una potencia cuyos dirigentes se distinguían por la cantidad de dinero que lograran acumular sin andarse con remilgos legalistas o éticos. Cada año la revista Fortuna publicaba la lista de los imperialistas más afortunados, quienes conformaban un gobierno invisible basado en el complejo industrial militar y sus apabullantes empresas.
Mientras tanto la vida en Utopía del Sur transcurría sin angustias o desesperos por la riqueza material. Los utópicos sureños creían en cuestiones tan imprácticas como la justicia social y la eliminación de la pobreza sin sacrificar a los pobres, como se estilaba en algunos países desarrollados.
Los nativos de Utopía eran tan soñadores que en vez de usar billetes o monedas conforme a los patrones tradicionales, decorados con símbolos de fuerza y de poder, los imprimían distinguiéndolos con las figuras de algunos héroes de la Humanidad.
El billete de cien utopías, por ejemplo, exhibía en el anverso la efigie del Quijote de la Mancha a caballo en Rocinante. Al reverso aparecía la imagen de una especie en peligro de extinción, en este caso el unicornio, teniendo como fondo un paisaje cuya conservación resultaba indispensable, pues, como podía apreciarse, eran los frágiles glaciales del Polo Norte, sometidos al cambio climático.
Como era natural dichos billetes se devaluaban cada día, pues no podían competir con el poder de compra del dólar imperial, respaldado por un arsenal nuclear y demás armas de sumisión masiva.
Otras especies en peligro de extinción que resaltaban en los billetes de Utopía eran el pegaso, caballo alado que muy pocos habían visto últimamente, la sirena de mar, fabulosa nadadora avistada de lejos y la amazona, perdida en la selva del mismo nombre.
En cuanto a los héroes, estaban Manuela Sáenz, Chaplin, Romeo y Julieta, Cantinflas y otros por el estilo.
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