Nuevas agresiones imperialistas se avizoran en el mundo, una nueva escalada surge de los discursos de Barack Obama y declaraciones de varios senadores de la derecha estadounidense, luego del genocidio al pueblo de Libia, el sadismo en las imágenes donde muestran la muerte del Gaddafi, demuestran una vez más el nuevo fascismo que impera en el mundo, el cual esconde su cara en la seudo democracia representativa, el nuevo orden mundial instaurado por el indigno premio Nobel de la Paz, que concibe a los estadounidenses como la nueva hegemonía mundial.
La necesidad de cubrir la profunda crisis económica capitalista, la incapacidad de revertir los efectos del mercado y la especulación financiera, han llevado a la quiebra no solo a EEUU, sino a toda la Comunidad Económica Europea, esta grave situación se amplía al tema energético, donde la voracidad de sociedades con altos niveles de consumo han dilapidado las fuentes de energía, el petróleo ha desaparecido en EEUU y sus reservas no alcanzan para cubrir sus demandas, lo que lleva a esta nación y a sus socios imperialistas, al saqueo de las naciones y pueblos que tienen reservas de hidrocarburos, agua potable, y minerales.
La amenaza, el chantaje y la fuerza militar es el nuevo lenguaje de EEUU
La aseveración de Obama de actuar contra los enemigos de EEUU luego de la escalada en Libia, acusando nuevamente a Irán y a Corea del Norte de agresiones e intentos de atentados, para lo cual insinúo acciones agresivas de respuesta del poder militar gringo, acompaño su denuncia contra el gobierno del presidente Hugo Chávez, al cual acusó de suministrar a Irán uranio y permitir el reclutamiento de jóvenes árabes para atentados en los países desarrollados.
Estas acusaciones no son nuevas, pero si muy peligrosas por la demencia que hoy asume Obama y el aparato militar estadounidense. Venezuela con las mayores reservas petroleras del mundo, tiene los ojos puestos en las elecciones presidenciales del 7 de octubre 2012. Con el objetivo de intentar frenar el triunfo del comandante Chávez -que surge como favorito en las encuestas con más del 56 %- ya existen planes desestabilizadores y acciones de violencia callejera, con la estrategia de que si el candidato de la oposición no gana, levantaran nuevamente la tesis del fraude.
El gobierno venezolano ha dado pruebas de su convicción democrática
La oposición organiza sus candidatos para las primarias en la elección auspiciada por la denominada Mesa de Unidad Democrática (MUD) donde se perfilan dos candidatos: el Gobernador del Zulia Pablo Pérez del partido Un Nuevo Tiempo (UNT) y el Gobernador del Estado Miranda Henrique Capriles Radonski del partido Primero de Justicia (PJ). El zuliano ha recibido el apoyo de la ex socialdemocracia del partido Acción Democrática (AD) impulsor del neoliberalismo en Venezuela, así como de otros grupos, mientas Capriles ha recibido el apoyo de varias agrupaciones de la antigua izquierda, Podemos, Bandera Roja y ahora coquetea con el Social Cristiano COPPEI (de donde surgió Capriles), también se inscribieron Corina Machado de SUMATE, fundación Pro gringa y Leopoldo López ex alcalde y promotor de la nueva derecha venezolana, llamando a la violencia de calle.
La MUD ha intentado aparentar una convivencia de estas fuerzas de la oposición, pero las recientes denuncias de los partidarios de PJ han mostrado campaña sucias, donde se intenta desplazar a Capriles e imponer a Pérez, una estrategia típica de AD, maestra estratega en la guerra sucia y en crear candidatos sin capacidad política. Pero todos coinciden en unirse contra el presidente Chávez, manipulando encuestas y cantando victoria, pero armando planes desestabilizadores, como asegurando que si no ganan es porque el gobierno amañó las elecciones.
Pero la verdad es más clara que la mentira, y más de una decena de elecciones han demostrado la seriedad y responsabilidad del sistema electoral venezolano. Un Consejo Nacional Electoral (CNE) que ha sido avalado por su modernidad, sus sistema computarizado, sus rapidez y eficiencia como el más confiable de América, por la ONU, la OEA y varias fundaciones, instituciones y misiones parlamentarias dan al traste con la apología de que en Venezuela no existe democracia, y afirman que el presidente Chávez nos es un dictador o jefe de un gobierno autoritario.
La unidad garantizara la continuidad del gobierno revolucionario bolivariano
Ante esta realidad internacional y nacional surge la imperiosa necesidad de fortalecer el proceso revolucionario bolivariano, la necesidad de elevar la unidad en torno a la candidatura del presidente Hugo Chávez, y la importancia de la creación del Gran Polo Patriótico, que apoyando al presidente en su reelección, con el objetivo de garantizar el triunfo y bajo la estrategia de profundizar el socialismo como única garantía de un desarrollo sólido y sostenido, hacia la conformación de una nueva sociedad venezolana.
La continuidad del proceso bolivariano es una necesidad para los millones de venezolanos, que se han beneficiado con planes sociales, salud, educación, mejoras salariales, y ahora el plan vivienda y el plan en la agricultura. Estos son objetivos refrendados por la ONU, UNESCO; CEPAL; entre otros, que hablan de los niveles de cumplimiento de la metas del Milenio.
Pero también la revolución bolivariana ha impulsado la unidad de América Latina y el Caribe, la creación de la UNASUR y PARLASUR, que hablan de un camino hacia la unidad regional. La misma organización del ALBA muestra niveles de comercio solidarios y propuestas de integración e intercambio. Hoy la unidad y el desarrollo pasan por una visión integracionista, donde Venezuela ha jugado un papel preponderante en la unidad de los pueblos y gobiernos.
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