Madre, yo al oro me humillo, él es mi amante y mi amado, pues de puro enamorado
de continuo anda amarillo; que pues, doblón o sencillo, hace todo cuanto quiero,
Poderoso caballero es don Dinero”. (Francisco de Quevedo: Poderoso caballero
es don Dinero).
Humillado y lloroso, se presentó Oswaldo Guillen, ante las cámaras de todos los medios de comunicación del mundo a pedir disculpas de rodillas a la Comunidad Cubana de Miami. Un caso anecdótico que ha trascendido a todo el mundo. Creyendo la ultraderecha que triunfaban políticamente contra el comunismo y el castrismo por obra y gracia de la humillación de un ser humano, Perdieron. Ellos dieron al mundo una visión clara de lo que es fascismo y el capitalismo.
Que odio, la comunidad cubana de los Estados Unidos ha perdido todo sentido del honor, buen juicio y tolerancia, al humillar a un ser humano de manera visceral.
Así es el capitalismo y su siembra de odio, nada le importa la dignidad de un ser humano, muchas veces han tratado de matar a Fidel, una sola bastó para enterrar la fama y prestigio de un gran pelotero que se ha dejado seducir por el brillo del dólar.
Guillen, enterró su carrera para siempre, la genuflexión al tío Sam de nada te ha valido, el fascismo no mira el rostro, ni el corazón de las personas, mira su utilidad. ¿Dónde está la SIP? ¿Dónde la CIDH? ¿Qué pasó con la OEA?
Guillen se ha quedado solo, enfrentando en soledad el veto de la comunidad cubana que quizás no asista a los juegos de los Marlins de Florida mientras seas su manager, y quizás hasta ataquen su casa. Así se demuestra aquel viejo adagio bíblico que no se puede estar bien con Dios y con el Diablo.
Con banderas cubanas y estadounidenses, manifestantes “ultra democráticos” de Miami, gritaban "que se vaya, que se vaya'', "que lo boten, que lo boten'', al compás de sirenas, pitos y matracas. Levantaban carteles muy democráticos que decían "Guillén vete para Cuba a dirigir el equipo de Cuba por $25 al mes”. “Comunista'', "Persona no grata'' y "Sin disculpas”. “Despídanlo ahora''.
El león de guillen, resulto ser un gatico suplicante que se preocupa por su sueldo y por los futuros contratos de trabajo. El pobre no se ha detenido en pensar en su dignidad y su honor. Cuando estuvo en programas televisivos con Chávez, era chavista, apoyaba la labor del gobierno bolivariano y se fotografiaba con Hugo Chávez Frías, eso también lo vio el mundo entero. En verdad Ozzie, Chávez y el pueblo venezolano te tratamos con más dignidad y respeto.
De rodillas, así es que le pidieron que se presentara ante las cámaras, con cara de arrepentimiento, muchas lagrimas y con cenizas sobre los hombros, vistiendo su sambenito eterno para purgar las culpas que el fascismo castiga con la humillación y hasta con la muerte. Así se marca el fin de una carrera deportiva que tuvo su gloria y triunfos.
Se le vio el bojote a Guillen, sin necesidad de contonearse mucho, el peso de de los dólares se llevó con su estela el honor de uno de los más emblemáticos peloteros venezolanos de las grandes ligas. El panorama no es halagador para Guillen, tendrá que andarse con cuidado y quizás irse de la Florida. Tendrá que aprender a cantar a la comunidad cubana de Miami parte del estribillo de la canción colgado en tus manos, de Carlos Baute: “…mi corazón está colgando en tus manos Cuidado, cuidado”.
Ese flaicito a las manos de guillen que le bateó la gran prensa norteamericana a través del TIME, se convirtió en el error más grande de su vida. Dejó embarcar en las tres bases a la comunidad cubano-mayamera, que no le había perdonado su aparición con Chávez en la televisión oficial venezolana. No le perdonaran nunca el “VIVA CHÁVEZ” que pronuncio en una o varias ocasiones. Las bestias del capitalismo y del fascismo no perdonan.
Ay Guillen, en cada juego saldrás de rodillas, eso sí, si continuas en los Marlins de la Florida, que es un tanto difícil. Tu gloria y dignidad no vale nada para los exilados cubanos, ni para la gente del imperio. Vendiste tu alma al imperio al salir a disculparte y fuiste traidor con tu propio país.
Caíste en una especie de limbo de la mediocridad, que te tendrá cautivo en el tiempo que tú mismo definiste como un instante de locura. ¿Dónde quedó tu arrogancia de latino triunfador en la gran carpa? ¿Dónde quedo tu pasión demostrada en los juegos?
No recordaste Ozzie, que bajo tu guía, los Medias Blancas ganaron en 2005 la Serie de Campeonato de la Liga Americana por primera vez en 46 años. Fuiste el primer mánager no estadounidense en dirigir un equipo en la Serie Mundial y ganarla, el mánager de la Liga Americana en el Juego de Estrellas de las Grandes Ligas de Béisbol de 2006, el cual ganaste 3 por 2. Vendiste todo esto por un plato de lentejas, por unos cuantos dólares. Acabaste tu mismo con tu gloria al salir frente a las cámaras de los grandes consorcios de la comunicación, pidiendo disculpas a quienes no debías y por lo que no querías decir.
Ozzie, te llegó el final de la gloria, el ocaso del grande que murió por su propia incontinencia verbal. Solo te queda permanecer de rodillas ante quienes hoy te desprecian y te ofenden. Creo que te metiste mucho en la cabeza aquella frase que te endosaron y que supuestamente dijiste en Twitter: “Prefiero ser burro con plata que inteligente pelando”. Aprovecha, recuerda este dicho para calmar tu conciencia y para poder ver a alguien de frente. Ese dicho está muy apropiado a la fecha.
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