Venezuela está en el ojo del huracán porque es la primera reserva de petróleo y debido a su posición geopolítica estratégica. Por eso el desconocimiento del resultado electoral y los asesinatos políticos perpetrados en Baruta por parte de opositores, el asedio y quema de los CDI, la visita de Capriles a Bogotá, el anuncio del presidente de Colombia sobre el acuerdo de cooperación con la OTAN, la compra de aviones de guerra por parte de opositores, la visita de Santos a Israel, la captura de paramilitares por el gobierno nacional, todo está concatenado en un plan terrible contra nuestro país que no está aislado de la invasión a Libia, la guerra contra Siria, la amenaza contra Irán. Como dicen es la hora de los hornos. Algo se cuece de lado y lado. En la Venezuela bolivariana se consolida la revolución, del otro lado se organiza la contrarrevolución.
Estamos a la espera que el Presidente Maduro nos informe sobre los resultados de la reunión del alto gobierno acerca de las relaciones con Colombia ya que con la denuncia por parte de JVR de la compra de aviones por la oposición y la reciente captura de paramilitares, la situación se agrava. El hecho de que Santos haya dicho que Colombia no está solicitando el ingreso a la OTAN sino cooperación, no aminora la gravedad del asunto. Ya Luis Britto nos aclaró que “sólo ignorantes o ingenuos desconocen que desde su creación en 1949 la OTAN rebasó su área original en el “Atlántico Norte” para convertirse en un monstruo que comprende 28 Estados
miembros, 22 países obligados a apoyarla en “Alianza por la paz”, y otros 15 involucrados en programas de colaboración. Esta pacífica organización criminal, que es responsable de casi el 75% del gasto armamentista del planeta, ha ampliado sus operaciones de genocidio a Serbia, Afganistán, Irak, Somalía, Libia y además sus Siria.”
Si a esto añadimos todos los beneficios que Colombia obtiene de las buenas relaciones con Venezuela, entre otros las conversaciones de paz que se realizan en La Habana, todo el contrabando que crece a través de nuestras fronteras gracias a una cesta básica subsidiada, un comercio legal creciente entre nuestras dos naciones, podemos pensar que entre los cálculos de Bogotá pueden estar ofrecimientos gordos hechos por Capriles dentro de lo cual las negociaciones con la FARC sería sólo un motivo de distracción mientras avanzan en la conspiración. La conducta del estado colombiano con respecto a esta organización guerrillera no ha sido precisamente de cederles espacios políticos sino su destrucción. Es decir, entonces no seríamos mal pensados concluir que dentro de esta estrategia marco de golpear la Revolución Bolivariana por parte de fuerzas internacionales apoyadas por grupos internos, el supuesto diálogo en Cuba vendría siendo una acción más para permitir dos objetivos simultáneos: terminar de acabar con la FARC y cercar al proceso bolivariano con el objetivo de aniquilar a su gobierno e instituciones.
Ya Chávez nos alertaba: “Ser astutos como la serpientes y mansos como las palomas”.