En la página Web de la Human Rights Watch (HRW), aparece lo siguiente: HRW es una organización independiente y no gubernamental financiada mediante contribuciones individuales y de fundaciones privadas provenientes de todo el mundo. No acepta fondos gubernamentales directa o indirectamente. Ahora bien, si comprendemos que el imperialismo no es más, que el gobierno de las corporaciones mundiales, entonces, por ente, la HRW se sustenta gracias al imperio de las corporaciones. En conclusión, la HRW es una “instancia del capital que protege al humano”, samuros vegetarianos, la paradoja del siglo.
Nuestra digna misión ante la ONU, han venido denunciado, las reiteradas pretensiones imperiales de reforma al organismo, una de las cuales establece otorgar mayor poder a las ONG´s, limitando así, las comisiones que puedan formar los estados miembros. La razón esgrimida por el imperio fue la siguiente: “Necesitamos un árbitro imparcial”, ¿Se referirán a las corporaciones?
La canalla imperial no tiene escrúpulos. Hoy mas desacreditada que nunca, esta ONG que dice defender los derechos humanos, disfrazando sus verdaderas intenciones, arremete contra los derechos humanos de todos los pueblos, incluso, los de su propio pueblo EE.UU.
En días recientes observamos en los medios de comunicación privados del imperio: CNN entre otros, como estos traficantes de inmoralidad y astutos manipuladores de la razón figuraron ante las pantallas pretendiendo hacer creer al mundo defender los derechos humanos de los detenidos en las cárceles de Abu-Ghraib de Irak, inculpando a un grupo de perros de la guerra, cancerberos imperiales -del ejercito norteamericano-, aislándolo de su entorno, como era de esperarse, sin pronunciarse al respecto por la invasión y el exterminio del pueblo iraquí que constituye la mayor de las violaciones. Quemar a algunos de sus mejores cuadros para lavar sus manos, como cual Pilatos y Rabinos, lavaron sus manos para eliminar al temido Jesús, es toda una genial estrategia.
La canalla imperial, considera a los pueblos idiotas, cubre sus manos engañosas con sutiles guantes y luego contraataca a los pueblos.
Al mismo tiempo en que la HRW asumía posiciones contra un reducido grupo de soldados norteamericanos, salvando al imperio, paralelamente se atacaba al gobierno Bolivariano de Venezuela. La ONG, Human Rights Watch, pidió, nuevamente, la intervención extranjera en Venezuela con la aplicación de la “Carta Democrática”.
Estas declaraciones representan una respuesta del imperio antes las dignas denuncias que, contra los abusos imperiales en el mundo, realizó valientemente el Presidente Chávez ante las Naciones Unidas y en casa del imperio.
Debemos preguntarle a HRW ¿Por qué nunca asumen posición directamente contra el gobierno norteamericano por las reiteradas violaciones a los derechos humanos en Irak, por sus cárceles en Abu-Ghraib y Guantánamo, por Afganistán, por el caso Posada Carriles y muchos otros?
En lo que respecta a nuestro gobierno, creemos necesaria una respuesta más contundente a esta organización imperial, expulsarlos y prohibirles la entrada al país, seria una digna medida. Ya contamos con un representante oficial del imperio yankee, el embajador Brownfield, para que mas.