La masacre a cuenta gotas en Gaza, donde el estado NAZI sionista de Israel lleva a cabo la versión propia de la solución final, que Hitler aplicara en el ghetto de Barsovia en los años 30 de la segunda guerra mundial, que ahora acaba de alcanzar una pausa, dejando más de 2000 mil muertos, de los cuales más de un tercio son niños y mujeres y un 90% civiles, sirve en este caso, para reivindicar la figura del luchador venezolano Illich Ramírez Sánchez, un internacionlista que decidió apostar su vida como el Ché Guevara, en este caso combatiendo en forma concreta al imperialismo gringo, a su brazo armado de la OTAN y al perro rabioso empotrado en el medio oriente representado por los sionistas, desde los tiempos en que por allá a finales de los años 60, decide unirse a la OLP y recibe de manos de Yaser Arafat, las armas como soldado internacionalista.
Eran los años en que gota a gota, libro a libro, película a película, mensaje disfrazado de noticia tras mensaje disfrazado de noticia, los medios de desinformación y difamación masiva en manos del capital sionista que tanto colaboró según Hannah Arandt(1954) con el nazismo, esos medios de propaganda nos presentaban a los palestinos con el apellido de terroristas y a los sionistas como héroes de una liga de la justicia que el cine y escritores como Ken Follet, Jack Higgins o Robert Ludllum, describían como beatíficos cruzados en el santuario del Mossad, a través de películas como Rescate en Entebbe o Nombre código el águila. Y como hacía parte de los combatientes por al causa del pueblo palestino, el Venezolano Illich Ramírez Sánchez, uno entre otros que han luchado contra el sionismo - como el valiente diputado del PSUV Abdel El Zabayar - también fue convertido en una suerte de villano, con apodo de Chacal, la forma burda y a lo cerdo, como el cine prosionista vendió la imagen de Illich Ramírez Sánchez.
Fueron muchos los libros y fueron muchas las mediocres películas que mostraron al comandante Carlos como un "terrorista", incluyendo a unas cintas del decadente cine mejicano, que avanzaba en caída libre a su disolución donde lo esperaba Televisa como caimán en boca de caño esperando a su presa pública para ser privatizada. En esas cintas, Carlos era el villano que atentaba contra "buenos" jeques del medio oriente que se habían convertido en los mejores amiguis de los terroristas de la OTAN y del estado de Israel, los mismos señores que ejercían la esclavitud en pleno siglo XX, incluyendo la versión sexual, que eran mostrados como pecados veniales, pero en todo caso: Carlos "el Chacal", era un terrorista que atentaba contra tan simpáticos señores, que abiertos a la degradación de Beverly Hills, Miami o Nueva York, animaban sus revistas de frivolidades como Vanidades Continental o Cosmopolitan bajo el mando de Cristina Saralegui, que rolaban las hazañas consumistas de príncipes y princesas en las tiendas de esas metrópolis,
En esas páginas también se escribió sobre Carlos "el Chacal" como el terrorista que había comandado el ataque contra el foro de la OPEP que regalaba el petróleo al eje USA/OTAN, cuando en Irán reinaba un sátrapa de la Casa Blanca como el señor Reza Pahlevi y las hazañas represivas de la Savak . la versión iraní de la CIA en tiempos del soberano persa .- eran vistas como travesuras de unos "buenos" muchachos. A finales de los años 90 y luego de su secuestro en suelo sudanés, cuyo presidente lo negoció con Francia en 1994, Hollywood hizo dos películas sobre el "peligroso" terrorista, destacando a Carlos como un homosexual activo en una, donde fallaba como francotirador por un pelo, en su intento de magnicidio contra Charles de Gaulle. En la otra, como un terrorista simpático pero malo a fin de cuentas, maestro del disfraz y el escape.
Hoy después de las masacres de la OTAN en la antigua Yugoslavia, en Irak, Afganistán, Libia y la tentativa fallida en Siria, como un perro rabioso que ladraba defender a esos países de tiranos que masacraban a su propio pueblo, llevados de la mano de promotores del terrorismo como Bush, Blair, Aznar, Biden, Obama o el pútrido Rassmussen o el pútrido Javier Solana, el mundo que acaba de ver como Washington y Bruselas, promueven nuevas masacres en Kiev y en Gaza, patrocinando sin recato a los neonazis de aquí y de allá; mientras MacCain patrocina a los terroristas del Estado Islámico del Irak y el Levante - según denuncia Thyerry Mayssan- el mundo comienza a despertar del letargo embrutecedor, de esa intoxicación de la conciencia que te acusa en Francia de terrorista, mientras te tortura y viola tus derechos humanos, con un presidente bribón que dice ser socialista pero apoya la masacre sionista, ciudadano Illich Ramírez Sánchez, la historia te absuelve y señala a Sarkozzy y a Hollande como los verdaderos chacales y hienas de la historia,
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