¿No se dan cuenta que el fin está cerca?

No pasa de ser un imbécil quien crea que Venezuela no es víctima de una guerra ¡Claro que somos víctimas de una guerra!

Una guerra en la cual, y por ahora, no hay cañones, ni bombardeos; pero que tiene al país asediado, con un ataque a su moneda y víctima del contrabando de extracción y de una ola especulativa que genera inflación de hasta 80% por semana.

Como en toda guerra, las estrategias de cada una de las partes en conflicto, orientan la acción en búsqueda de la victoria final.

En el de caso la alianza derecha -venezolana - oligarquía - imperio esa victoria final es buscada mediante la generación de las condiciones de hambre y miseria que, según su plan, harían que el pueblo se vuelque contra el gobierno, generando una desestabilización que permita el retorno de la derecha.

En el caso del gobierno venezolano no puede decirse cual es su estrategia para buscar esa victoria final. Hasta ahora se ha limitado a aguantar la arremetida y a intentar minimizar los efectos del ataque enemigo con pequeños aumentos de salario, rifas de bonos y las cajas CLAP.

No se aprecia una estrategia coherente, organizada, permanente y mucho menos efectiva destinada a ir ganando batallas que conduzcan a la gran victoria, sólo a resistir.

Podríamos resumir, de acuerdo a lo antes planteado, que el único que tiene avances en el logro de sus objetivos es el enemigo. El gobierno ha logrado desmontar algunas maniobras políticas, pero avances no tiene y esto se demuestra con el hambre que padece el pueblo; la falta de medicamentos; las perdidas de bienes que tienen los ciudadanos por falta de repuestos, la emigración de los jóvenes; el estado de los servicios públicos, etc.

Esas son victorias, sin lugar a dudas, del enemigo grande (el imperio) y del enemigo pequeño (la derecha).

Hagamos en este punto, con su permiso amigo lector, una breve digresión.

Siria es un pequeño país que al igual que Venezuela sufre un bloqueo, es víctima de sanciones unilaterales y de una campaña mediática bestial y como si fuera poco vive una guerra interna impulsada y financiada por EEUU.

A punto estuvo el imperio norteamericano y sus terroristas de derrocar el gobierno y tomarse para sí el país, sus riquezas y su posición geopolítica. Sin embargo, gracias a los movimientos tácticos y políticos más el apoyo de Rusia, esa situación fue revertida.

El gobierno sirio jamás abandonó la lucha política y económica y menos la planteada en el terreno internacional, pero siempre tuvo claro que para poder neutralizar el enemigo grande (EEUU) tenia que derrotar el enemigo pequeño (los terroristas).

¿Qué intentamos decir con esto ultimo?

Que en el caso venezolano aquellos terroristas y mercenarios que tanto daño y tanta muerte han ocasionado en Siria están representado por bachaqueros, especuladores, banqueros, traficantes de efectivo, importadores, algunos empresarios y contrabandistas.

No puede ser más difícil derrotar a esos enemigos del pueblo venezolano que vencer como hizo el gobierno sirio, a unos terroristas que llegaron a controlar el 60% del territorio nacional.

El problema está en la (hasta ahora) incapacidad del gobierno venezolano para pasar a la ofensiva contra un enemigo plenamente identificado y que lo mantiene acorralado al igual que al pueblo.

Nadie en Venezuela puede afirmar que el gobierno tiene un plan serio para neutralizar a los enemigos ya mencionados. Ninguna acción está ligada a otra; todas son puntuales, esporádicas y aisladas. Así jamás, se podrá ganar esta guerra.

El gobierno no reacciona y el juego político. en el cual se ha concentrado, se agota. La decepción generada por la Asamblea Nacional Constituyente, la ineficiencia de la mayoría de los gobernadores y alcaldes recientemente elegidos y el engaño del Presidente al prometer medidas económicas para resolver la crisis no dejan ninguna capacidad de maniobra en ese ámbito.

Para finalizar diremos que en toda guerra el desenlace final se hace visible cuando la confrontación deja de ser pareja, las victorias sólo se dan de un bando y uno de los combatientes está débil y sin capacidad de reacción.

Si el gobierno no reacciona ya (no hay tiempo) y desata una ofensiva (como hizo el gobierno sirio) estaremos perdidos.

¿Por que no lo hace? Vaya usted a saber

 

 



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Alexis Arellano


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