No se trata de triunfalismo y mucho menos de una invitación a dejar de lado las acciones preventivas y estado de alerta máxima; pero todo parece indicar que EEUU y sus los gobiernos cipayos de Colombia y Brasil han dejado de lado, por ahora, la opción de invadir militarmente a Venezuela.

Esto no es, de ninguna manera, una concesión que le hacen al gobierno venezolano y ni siquiera el resultado de una reflexión sobre las graves consecuencias que para el continente tendría, una acción de ese tipo.
Esta realidad responde a los análisis de riesgos que habrían realizado militares de nuestros países vecinos, quienes advirtieron a sus políticos guerreristas de los graves riesgos que para sus propios países, tiene una acción como la que tenían en mente.

Es que para Colombia un intento de invasión a Venezuela pudiera convertirse en un suicidio. Colombia está años luz del poderío militar de la patria de Bolívar y ciudades como Barranquilla, Cucuta, Maicao, Bucaramanga, Río Hacha y otras podrían prácticamente desaparecer en minutos bajo el fuego de los equipos venezolanos.
Brasil por su parte tendría que enfrentar un sistema de defensa antiaéreo que sin lugar a dudas es el mejor del continente. Esto, sin garantías de éxito y peor aún sin garantía de beneficio alguno, conocida la voracidad de los gringos que no gustan de repartir el botín.

Esos gringos, por su parte, se encontraron con una línea roja que no se atreven a traspasar y que fue marcada por Rusia y China.
Putin, en particular, habla poco, pero es duro en su accionar y los gringos lo saben.
A EEUU le dijo con claridad meridiana que él estaba listo para reeditar la crisis de los misiles de los años 60, lo cual en buen español significa: estoy dispuesto a defender nuestros intereses en Venezuela hasta las últimas consecuencias.
Harto conocido es que los gringos son guapos cuando se enfrentan a países pequeños como Palestina, Iraq y otros, pero extremadamente cautos (en lo militar) cuando el enemigo tiene el poder suficiente para hacerles daño.
Allí esta el caso de Corea del Norte a quien, a pesar del odio que le tienen, no se atreven a tocar ni con el pétalo de una rosa.

Ahora, para que no se crea que lo que aquí exponemos es un deseo más que una realidad, es bueno que usted, amigo lector, tenga en claro que Venezuela ya cuenta con una antena radar denominada EW. Borisoglebsk 2. Un equipo ruso con el cual el ejército venezolano puede detectar todo lo que despega y vuela en América.
Nadie y eso incluye a EEUU, Brasil y Colombia puede atacarnos sin un altísimo riesgo de resultar derribado.
Esos equipos y nuestros Sukhoy 30 adaptados con equipos de altísima tecnología para detectar señales de radio invitan e invitarán a pensar bien en cualquier ataque a Venezuela, pues por tierra no tienen vida. Si lo intentan or tierra resultarían despedazados en minutos.

Esta es la razón por la cual montaron el show del 23 de febrero (caso ayuda humanitaria). Ellos sabían lo que les esperaba de este lado si lograban traspasar la frontera con un ejército. Por eso usted no vio en la frontera sino unos policías y muchos guarimberos (nada que pudiera dar a Venezuela un argumento para pasar al ataque).
Hicieron creer que el ataque sería inminente a ver si el alto mando militar entraba en pánico y saltaba la talanquera y traicionaba a su comandante en jefe.
Pero obvio, el alto mando conoce muy bien lo que aquí he expuesto y sabe que no tiene por qué temer a un ataque de ese tipo.

Por todo esto es que vuelven al sabotaje como medida para anarquizar el país y desmoralizar al pueblo y dirigentes medios.
Hasta ahora han causado mucho daño, pero estimo que en poco tiempo serán proscritas y perseguidas, organizaciones terroristas como Voluntad Popular y sus líderes.
Cuando esto último ocurra el país entrará en una larga paz y calma, pues todo el país sabe que no es la valentía una cualidad de la dirigencia escuálida.