Se han venido dando en forma concatenada un conjunto de hechos a los cuales no hay que perderlos de vista, que hay que prestarle atención porque pueden convertirse en un detonante de impredecibles consecuencias y todo apunta hacia nuestro país; aunque en oportunidades toca otras aristas, que en menor o mayor grado guardan relación con nosotros. En todo caso la mirada está puesta en Venezuela y en sus incalculables recursos que guarda en sus espacios. Dentro de esa tríada están involucrados la burguesía imperial, los mayordomos y cachorros que le hacen coro a sus intromisiones belicistas. Los arrebatos de Trump por apoderarse del Canal de Panamá, con un presidente como José Raúl Mulino que convalida esa toma gansteril y su silencio sepulcral ante la invasión silenciosa de marines gringos a ese país. Otro detonante que se asoma por ahí, son las bases militares gringas en Latinoamérica. Unas con mayor incidencia que otras; entre ellas Colombia, Perú, Paraguay y Ecuador. En este último país se ha dado una escalada basilistica del ejército norteamericano. De ahí ese inusitado interés de Trump de montar en ese país una mega fraude para colocar a uno de sus cachorros de nuevo frente a la primera magistratura. Hasta un perro de la guerra, como Erick Prince fungió como colaborador en esas grotescas elecciones. Ya la isla de Galápagos fue nuevamente ocupada por los gringos, invadida por aviones, buques y hasta submarinos nucleares, montaron todo este aparataje bajo el señuelo del narcotráfico. Otra que le tienen el ojo puesta encima es a la base aérea Eloy Alfaro, a orillas del océano pacifico en la ciudad de Malta. En Argentina, el libertario Milei, permitió la instalación de una base militar gringa, que funcionará conjuntamente con el ejército argentino en la Patagonia. Toda ésta parafernalia guerrerista apunta a una tercera guerra mundial, para ir contra China y el petróleo venezolano.
En Guyana los tambores de la guerra no dejan de retumbar en el ambiente y uno de sus operarios es el tarifado que hace las veces de presidente de ese país, Ali Irfaan, quien acaba de firmar un tratado de cooperación bilateral en materia militar con el Reino Unido. Este Memorándum de Entendimiento lo suscriben para reforzar una posible ayuda y de esta manera ponerle la mano a la joya de la corona como es el Esequibo. Este acuerdo es prácticamente una declaración de guerra a la que debemos estar profundamente atentos. No es nada fortuito que el Reino Unido este también dentro de esa escalada imperial sobre este territorio que le `pertenece a todos los venezolanos. Detrás de todas estas marramucias esta la EXONMOBIL, que no solo dispone de la ayuda incondicional de los gringos, sino que ahora apela al Reino Unido
Ante estos tratados intimidatorios y el hecho que estas sean áreas delimitadas, tanto la EXXONMOBIL como el gobierno de Guyana, operan a todas sus anchas, en una zona pendiente por delimitar, con el arribo del buque “FPSO One Guyana” en el llamado bloque Stabrook; pueden ser merecedores de acciones legales. Allí no se ha celebrado ninguna concesión, ni derecho alguno sobre estos espacios. Son áreas sin delimitar donde esta transacional del petróleo se abroga derechos, frente a un desprecio a la legalidad internacional y a los compromisos en el Acuerdo de Argyle; que por lo que observamos para Ali Irfaan es letra muerta. Situaciones como estas, ponen en riesgo la paz y la estabilidad regional. En todo caso hay que estar mosca. Toda esta escalada no es fortuita. La sayona ha bajado el protagonismo, eso refleja que algo se está tramando en las entrañas del fascismo y puede darse antes del 25 de mayo.