La desesperación del imperio solo nos indica algo, que vamos por buen sendero; o como diría Don Quijote "si ladran los perros es porque nosotros estamos cabalgando...". Los mismos que antes embestían contra el pueblo con Carmonasos, Paros, Golpes, Sabotajes hoy rayan lo patético del ridículo ladrando y convocando a “Pupitrazos”, “Cacerolazos”, y lo ultimo, llamando a sus disociados a un “El Maletinaso”. Pero no seamos triunfalistas; nos enfrentamos al mismísimo imperio. Comprendamos el peligro.
La pregunta más idónea que debiéramos hacernos ahora, es: ¿Cuál es el objetivo real de la reacción y en que lugar los revolucionarios debemos dar la verdadera batalla? Esta nueva embestida de los lacayos del imperio está dirigida, indiscutiblemente, contra la Conciencia del pueblo. Solo desmoralizando al pueblo lograrían lo hasta ahora imposible, que es desmovilizarlo para así aniquilar con la apatía su conciencia.
El imperialismo norteamericano a través de sus piezas (los lacayos) recurre para este cometido a la estrategia de la personificación de la batalla. Con esto eluden la confrontación en el verdadero campo de disputa, el de las ideas; terreno en el que reconocen están totalmente perdidos. Estos lacayos entienden que es imposible defender lo indefendible: el egoísmo representado en el capitalismo frente al amor representado en el socialismo. Así lo hicieron saber sus estudiantes en la Asamblea Nacional. Es por ello que recurren a la estrategia de la personificación del conflicto, cuya miserable táctica es la descalificación.
Esta tosca estrategia de la descalificación de los cuadros de la revolución pertenece, como es sabido, a aquel libreto bien concebido y probado en otras latitudes de “Golpe Suave” o mejor conocida como “Mecha Lenta”. Descalificar a los líderes de la revolución es la llave del imperio para la desmoralización del pueblo, su desmovilización y posterior destrucción de su revolución.
Solo asistiendo a lo anterior podríamos entender el por qué del empecinamiento de los lacayos contra uno de los más claro e incorruptible revolucionario que acompaña el Comandante Chávez, el Ministro Rafael Ramírez.
Nosotros, de manera inconciente, también podemos estar haciéndole el juego al enemigo. Creer que se puede seguir cediendo espacios de poder a los débiles de conciencia y de actitudes y permitirles actuar impunemente a razón de la unidad es un grave error. Los corruptos, los despilfarradores de los recursos del pueblo en lujos innecesarios (vehículos, oficinas, viajes, etc.) inciden también en la desmoralización del pueblo y mellan su conciencia. Otros, los 5ta Columnas como el clérigo Palmar, Víctor Poleo, Pablo Hernández, entre otros quienes desde hace tiempo se alejaron de la revolución y hoy acompañan al plan imperialista de la descalificación, deben ser desenmascarados. En conclusión, el objetivo de la reacción es la conciencia del pueblo.
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