Una enseñanza que Venezuela no puede olvidar

El imperialismo, la oligarquía y la ultraizquierda contra Allende

El Presidente Chávez acaba de llamar la atención acerca de los sectores que se oponen al proceso revolucionario bolivariano y como el imperialismo se aprovecha de las cabezas afiebradas de la ultraizquierda, la cual es infiltrada por la CIA, para el logro de sus siniestros objetivos.

Para fundamentar su planteamiento recordó el papel que jugó la ultraizquierda, léase MIR y el PS en su ala Altamirano, en contra del proceso revolucionario chileno.

El triunfo de la Unidad Popular UP en septiembre de 1970 constituyó antes que nada la materialización de la política de la izquierda, en particular del Partido Comunista de Chile PCCH y el Partido Socialista PS, de las últimas dos décadas. Por primera vez el pueblo llegaba efectivamente a ser gobierno, conquistando no todo el poder, pero sí parte de él.

El gobierno de la UP puso de inmediato en práctica su programa antiimperialista y antioligárquico. Nacionalizó las riquezas básicas (cobre, carbón, salitre, hierro, etc.); expropió los monopolios y la mayoría de la banca, formando un área de propiedad social que coexistió con una área mixta y otra privada; liquidó el latifundio; afianzó y extendió de manera inédita la democracia en el país, así como también los derechos de los trabajadores; redistribuyó el ingreso a favor de los sectores desposeídos y elevó el nivel de consumo y de vida de las grandes mayorías.

El triunfo definitivo del proceso revolucionario en marcha dependía de la evolución de la correlación de fuerzas que debía impulsar los profundos cambios en la construcción de una sociedad socialista, para ello era fundamental lograr acercar a la clase media, pequeña y mediana burguesía en favor de los cambios.

Esta correlación de fuerzas, después de un período de evolución favorable para el movimiento popular, comenzó a deteriorarse. El imperialismo se jugó por desestabilizar el gobierno popular intentando para ello arruinar económicamente al país a través del boicot y el sabotaje, desatando la guerra sicológica, con la que se buscaba ganar el apoyo de las capas medias y a sus representantes políticos; comprando los mandos militares más reaccionarios, preparando así las condiciones políticas para el golpe.

La oligarquía criolla fue fiel sirviente de esta estrategia diseñada totalmente en Washington, para lo cual recibió abundante financiamiento.

Pero ciertos sectores de la UP (PS-Altamirano, MAPU-Garretón) y de la ultraizquierda (MIR) se jugaron por sobrepasar el programa de gobierno, lo que se manifestaba en confiscaciones, tomas de industrias o tierras pertenecientes a pequeños y medianos propietarios, con lo cual no se contribuía a aislar o golpear al enemigo principal- el imperialismo y la oligarquía-, sino por el contrario, se echaba en brazos de éstos a parte de las capas medias, a la pequeña burguesía y mediana burguesía, con la consiguiente tendencia al aislamiento de las fuerzas más revolucionarias.

El PC de Chile, El PS y la IC se jugaron por entero a favor del gobierno popular; se esforzaron porque su programa se cumpliera en forma irrestricta y se opusieron a sus transgresiones que sólo servían para quitarle apoyo entre los sectores medios y pequeños burgueses, lanzando a estos en brazos de la oligarquía y el imperialismo.

Por su parte, la CUT jugó un papel bajo el gobierno popular, dándose por primera vez en la historia de Chile la participación del movimiento obrero organizado en las labores del gobierno.

Cuando la reacción trató de paralizar al país a través del paro sedicioso de octubre de 1972, los trabajadores organizados encabezados por la CUT, lo impidieron. Ello atestiguaba que la clase obrera era el principal sostén del gobierno popular.

No obstante los enemigos de Chile, el imperialismo norteamericano con su estrategia de boicot económico, guerra sicológica, infiltración a la ultraizquierda y el terrorismo, logró poco a poco ir aislando a la clase obrera y a los sectores más democráticos del país.

Cuando esto fue conseguido, el imperialismo, valiéndose de los mandos fascistas de las FF.AA., dio el golpe de estado que restauró su dominio y el de la oligarquía. El presidente Allende cayó combatiendo en La Moneda convirtiéndose en el más grande héroe popular contemporáneo.

(*) Editor de Tribuna Popular

tribunapopular70@cantv.net



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Oscar Peña (*)

Dirigente de los Círculos Bolivarianos, comunicador alternativo, Director del periódico La Voz del Valle

 lavozdelvalle2@yahoo.es

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