Presidente ¡Deje las tropas en la frontera!

En serio es, Presidente, déjelas. Más falta hacen en los cuarteles fronterizos que en los citadinos. Más se requiere su presencia en los pueblos que en las grandes ciudades. Más se relacionan con la seguridad y la protección de personas y bienes en valles y montañas que en las convulsionadas áreas urbanas de la Venezuela creciente. Déjelas y que la presencia de ellas sea el elemento de control de la diversidad de actividades de las fronteras mas vivas de nuestro continente. Déjelas para que protejan a los productores de carne, de leche y de rubros agrícolas que tanto necesitamos hoy y mañana, con seguridad, más aún.

Déjelas para que con su presencia podamos defendernos del enemigo número uno del gobierno revolucionario que Ud., preside, el imperio gringo y su gran adlater, el paráco Uribe Vélez y que con ello, desbarataría los planes recientemente difundidos de incluir a nuestro país en la lista de naciones terroristas. Con ello, también acallamos a la canalla que ayer exigía la presencia de nuestras tropas en la frontera y al momento de movilizarlas pusieron el grito en el cielo contradiciendo tal acción, solo, por supuesto, para ponerse al lado de las estrategias que señalan los guías norte americanos del gobierno de Bush.

Déjelas, porque las señales de guerra están sonando desde hace rato y es preferible estar allí, en el centro de las probables acciones, que salir en un momento hasta ahora desconocido, para ocuparnos de la defensa de nuestro territorio. Déjelas porque ayer Ud., dio la señal de retirada y nadie, ni la oposición, ni los ganaderos de la región dijeron algo para evitar que sucediera. Ello conllevaría, el dejarlas, que minimizaríamos la presencia de los males que afectan a esas regiones, léase, el cobro de vacunas por delincuencia común, los paramilitares y la propia guerrilla si ello estuviera sucediendo; que el secuestro se llevaría a su mínima expresión por la sola presencia de los miembros de nuestra Fuerza Armada en labores conjuntas, ya el Ejercito, la Guardia Nacional, la Fuerza Aérea y por supuesto, la Marina en aguas territoriales.

Déjelas, porque su presencia surtiría el efecto que hoy producen los organismos policiales a nivel nacional una vez activada su salida a diario a las calles del país, algo que por cierto perdimos con el paso obscuro durante un año del último ministro del interior y esto debería de servirnos de ejemplo. Controlaría el sícariato urbano y rural en términos considerables, ya por la presencia física o sea por la confianza que generaría la tropa en plena actividad, las 24 horas del día y con una supervisión que nuestros comandantes conocen bien aplicar. Con ello le aplicaríamos un golpe certero al comercio desleal de la frontera que en esencia nos perjudica, ya sea con el contrabando de extracción de alimentos y combustibles, como de carros de lujos que hoy tienen altos precios en el país y los cuales circulan libremente en tierras santanderíanas bajo el amapuche y complicidad de autoridades de todo nivel del gobierno actual, tal como ha pasado con todos.

Déjelas, Presidente, la presencia de ellos custodiando ríos, caminos, carreteras, aeropuertos y pistas clandestinas reducirían en un porcentaje interesante las toneladas de drogas que viajan por territorio nacional y sobre todo, cuando la droga significa uno de los frentes de ataque en contra de la revolución y en especial de nuestra juventud y aparte, mantendrá viva la llama nacionalista de nuestros soldados que hoy les corresponde ponerse el uniforme y tomar el fusil en defensa de la soberanía nacional…Déjelas, es lo mejor..



ajvmederico@hotmail.com


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Antonio Valdez Mederico


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