Comandante Milton Hernández, en su memoria, ni un minuto de silencio…

Hace varios años, pagando un chocolate caliente que me quitara el frío bogotano de una tarde lluviosa, recibí como devuelta un billete nuevo, con la efigie de Jorge Eliécer Gaitán. Creo que así aparecen los regalos adecuados, cuando no los buscas ni los piensas. Y así mismo, casi sin pensarlo, lo metí en un libro para días después regalárselo tímidamente a un revolucionario que iluminó mi vida, como la de muchos otros y otras con su digno ejemplo. Un admirador de Gaitán, un fanático del fútbol, un tanguero apasionado y sobretodo, un revolucionario entregado y un luchador convencido de la urgencia de la unidad de las fuerzas revolucionarias. Milton Hernández, entonces, miembro de la Dirección Nacional y responsable del Frente Internacional del Ejército de Liberación Nacional, lo recibió con más gratitud de la que esperaba y dijo "voy a guardarlo aquí". Abriendo su billetera lo metió entre otros tantos billetes y continuamos...

 

El periodista colombiano Gabriel García Peña lo describió así, en un artículo escrito en el 2006: "Idealista, profundamente sensible, trasmite optimismo y esperanza. Con gran sentido de humor, medio gago, él se burla de sí mismo y es genial para echar cuentos. Es amante y profundo conocedor del tango. Aunque no le jala al trago, le encanta la bohemia y suele andar muy bien acompañado. No conozco fanático del DIM más leal (de pronto Sergio Fajardo) y su estado de ánimo suele estar muy atado a los destinos del poderoso de la montaña."

 

Tal cual. Nadie que lo haya conocido de cerca, podría decir que es capaz de recordarlo sin sonreír, aún hoy, cuando su distancia física nos abre un hueco en el alma cada vez que lo pensamos. Nuestro Comandante, era sobretodo un hombre alegre, dispuesto a vivir y a hacer de todo espacio de lucha, un espacio humano. Nunca la seriedad de sus profundas convicciones se vio disminuida por los chistes que contaba sin cesar. Quienes tuvimos la fortuna de acompañarlo, tuvimos también que vivir la "dura" experiencia de escuchar un mismo cuento 20 o 30 veces. Pero lo mejor de todo es que uno, lejos de aburrirse, entraba en su juego y acababa dándole sugerencias para la ocasión. Por ejemplo, "cuéntese el de la vez que le encomendaron que llevara a la viejita en el avión". Algunos eran inventos, otros, como los muchos que pueden leerse en sus libros, "La unidad revolucionaria: utopía y realidad" y "Rojo y negro. Aproximación a la historia del E.L.N." eran recreaciones de las más interesantes anécdotas de sus vivencias en varias décadas de guerrillero, constructor de la paz.

 

Hoy recordándolo, abro de nuevo ese libro gordo que es el "Rojo y negro" y leo al final de su dedicatoria:

 

"A todos los hombres y mujeres, constructores vivos de la historia, que con todo, y a pesar de todo, sueñan y luchan por un mundo nuevo, confrontando siempre a los cultores del dinero, que, como momias, quieren condenarnos a su propio fatalismo histórico, pretendiendo hacernos creer que las chequeras y la ignorancia se impondrán irremediablemente sobre las ansias de libertad de los pueblos."

 

Sin lugar a dudas, más que la dedicatoria de su libro, esta fue la dedicatoria de su vida.

 

Como profundo internacionalista, partió soñando publicar de nuevo su libro sobre la unidad para que los latinoamericanos conozcan la dura experiencia que ha sido tratar de generar espacios de unidad entre la izquierda colombiana en medio de la guerra contra el enemigo. Y por esa unidad fueron sus palabras finales escritas en "Ni un tiro más entre guerrilleros", su último artículo.

 

Años después de aquella tarde bogotana, abrió su billetera y me dijo: Mire lo que tengo aquí. Grata sorpresa, guardado en su billetera continuaba el billete de mil pesos. Y así, siguiendo los pasos de Gaitán, se nos fue también un 9 de abril, 59 años después de la muerte del líder colombiano.

 

No hay palabras para homenajear a un hombre tan cabal. No hay lágrimas suficientes para llorarlo, querido Comandante. Sólo nos resta seguir luchando y convocar con fuerza sus consignas para regar su siembra con nuestro esfuerzo cotidiano.

 

El 27 de abril de 2007. La Dirección Nacional y Comando Central del ELN emitieron el comunicado informando su partida. Y con este compromiso seguiremos espantando al olvido:

 

"El Comandante Milton Hernández, tendrá en el ELN, en su pueblo y para siempre, el lugar eterno y de gloria, donde vivirán por siempre los grandes de la lucha por la libertad, la dignidad y el socialismo.

Por su memoria y ante su figura:

¡Comandante Milton Hernandez: Hasta la victoria siempre!!!
¡Colombia para los trabajadores!!!
¡Ni un paso atrás Liberación o Muerte!!!"



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