Por nuestro artículo
anterior titulado: “Líbano, espejo de Latinoamérica rebelde”,
que apareció publicado en la página Web: (http://www.aporrea.org/
En un artículo publicado
en la combativa página Web www.rebelión.org, titulado: “Líbano rompe los moldes de
Oriente Medio”, (http://www.rebelion.org/
Cruz, refiriéndose al reciente caso por el intercambio de prisioneros entre el Hizbulá y el ejército sionista que mantiene ocupada a Palestina por más de 60 años, escribe lo siguiente:
“Líbano, de la mano de Hizbulá, está rompiendo los moldes en Oriente Medio. Tras la derrota infligida por Hizbulá a Israel en la guerra del verano de 2006 de nuevo ha logrado hacer doblar la cerviz al Estado sionista, obligándole a realizar otro intercambio de presos libaneses y palestinos similar al alcanzado en 2004; ha logrado debilitar la estrategia imperialista y saudita en la zona al demostrar su fuerza con la toma de Beirut en sólo cuatro días, obligando a una rápida acción mediadora de varios países árabes que terminó con el Acuerdo de Doha”.
Es importante señalar que el Acuerdo de Doha –reedición del Acuerdo de Taef- permitió la elección del presidente de la “Unidad”, General Suleiman, luego de un periodo de más de 6 meses sin lograr acuerdos; situación que estuvo cerca de degenerar en una Guerra Civil.
“Hasán Nasralá, secretario general de Hizbulá, (al respecto del intercambio de prisioneros, -lo rayado es nuestro-), dijo: “una de las lecciones valiosas que aprendimos de los intercambios anteriores [se refiere de forma especial al realizado en 2004] es que los medios complican la operación y crean circunstancias y condiciones previas (…) porque el enemigo emprende siempre una guerra de credibilidad y no credibilidad en un intento de provocar fracturas en las posiciones [de Hizbulá] y esa es una política que practicó en muchas partes del mundo” (Al Manar, Líbano, 2 de julio de 2008).
“La negociación ha durado prácticamente dos años y en ese tiempo Hizbulá se ha mantenido inflexible a las presiones. Ahora recoge los frutos”.
“Suleiman (-actual presidente de la unidad libanesa-), había dicho el día 10 de junio, en un acto oficial con la principal central sindical del país, la CGT, en el que criticó con crudeza la decisión del Reino Unido de incluir al brazo armado de Hizbulá en la lista de organizaciones terroristas, que el desarme de Hizbulá va para largo puesto que “Hizbulá es la punta de lanza de la resistencia frente a los que amenazan la libertad e integridad territorial del país” y añadió un aviso para los navegantes occidentales que con tanta alegría ponen etiquetas de tal o cual cosa a quienes osan mantener posiciones patrióticas y nacionalistas: “Líbano nunca admitirá que un partido que defiende su territorio, libertad y soberanía esté calificado de terrorista” (The Daily Star (Líbano), 10 de julio de 2008)”.
“(…) Y el presidente libanés dijo algo más, en una crítica directa a la ONU: “Líbano nunca olvidará que allí donde la ONU falló, impotente en forzar a Israel a retirarse del sur de Líbano, fue la resistencia quien logró liberar la región” (Al Manar, 10 de julio de 2008)”.
“Es fácil imaginar la impresión que deben tener estas tropas del FINUL (de la ONU) al ver, en sus patrullas diarias, pancartas con las frases, en árabe e inglés, que dicen cosas como “gracias a las armas de la resistencia vamos a liberar a nuestros presos”. O que a lo largo y ancho de todo el país, especialmente del sur, flamean las banderas de los partidos en que militaban los combatientes muertos en las diferentes guerras contra Israel: las rojas del Partido Comunista de Líbano, las verdes de Amal y las amarillas de Hizbulá”.
“(…)es indignante que el estado que más escupe sobre el derecho internacional, aquel que incumple reiteradamente (…) con todas las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU (…), diga que la Resolución 1701 que sirvió para alcanzar el cese de hostilidades con Hizbulá sea un fracaso porque no ha logrado desarmar al movimiento político-militar libanés y que, por ello, ha solicitado a los países europeos durante la conferencia Europa - Medio Oriente, especialmente a Italia y a Francia, que se atienda la petición israelí sobre una FINUL más beligerante y con capacidad para utilizar la fuerza contra los libaneses del sur (Haaretz, 14 de julio de 2008 y Al Manar, 14 de julio de 2008)”.
Manifestante pro-Hizbolá saluda con desconfianza a soldado de las tropas de la ONU
“(…) Tras la toma de Beirut por Hizbulá y el derrumbe de las fuerzas pro-occidentales en los primeros días de mayo, desde EEUU y otros países occidentales como Francia se ha venido presionando a Israel para que abandone las granjas y entregue el terreno a la autoridad provisional de la ONU para, así, dejar sin argumentos a Hizbulá respecto a la necesidad de mantener su brazo armado mientras quede una franja de terreno ocupada. Israel estaría dispuesto a retirarse siempre y cuando consiga, como contrapartida, lo reseñado más arriba: que la FINUL pueda usar la fuerza cuando lo considere oportuno.”
“(…) Si se acepta esta postura, de nuevo habrá muertos interpuestos a mayor gloria de Israel puesto que Hizbulá ya ha dicho que no es la diplomacia quien libera la tierra, sino la lucha y que el hecho de que la Shebaa quede bajo control de la ONU no significa que se haya liberado todo el territorio libanés puesto que se estaría ante una “liberación incompleta”.
“(…) Líbano viene marcando el camino al pueblo árabe desde hace dos años. La firmeza de principios, la resistencia patriótica y la unidad política por unos objetivos comunes, al margen de la confesión religiosa y/o la concepción política, están rompiendo los clichés de sectarismo con que desde los llamados medios de comunicación occidentales y sus aliados árabes se aborda una situación que les preocupa por lo que de ejemplo tiene para el resto de pueblos de la zona. Los gobernantes saudíes, kuwaitíes, egipcios y jordanos miran con mucho interés lo que está sucediendo en este pequeño país porque en ello está incluido su propio futuro”.
“(…) Pero la verdad que no pueden ocultar es que, también, los más preocupado por la derrota estratégica del imperialismo y el sionismo en el Líbano sea la absurda y corrupta corona saudita, y el proyecto sectario wahabita de su rey Abdulá. Mientras que en el resto de países árabes las élites burguesas se muestran cada vez más preocupadas por el ejemplo y el apoyo que recibe la resistencia libanesa, y que se mantiene casi intacto desde la guerra. A Nasralá, en la calle árabe, se le compara desde entonces con el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser, (y con el presidente Chávez, ambos socialistas –el rayado es nuestro-). Tal y como viene haciendo desde la guerra de 2006 el diario progresista egipcio Al Destour (Al Destour, Egipto, 13 de mayo de 2008).”
Con estas reflexiones de Alberto Cruz, nos induce (a los Latinoamericanos) a preguntarnos: ¿Es acaso el Líbano, su situación política, muy diferente a la situación de rebeldía que se vive en los pueblos de América Latina? ¿No es acaso verdad (-o mucha casualidad-) que compartimos el mismo enemigo: el imperialismo norteamericano y el sionismo internacional? ¿Salvando algunas diferencias culturales y de contexto, acaso, no se asemeja el conflicto colombiano al de Palestina ocupada, y la firmeza del Hizbulá por el canje de prisioneros, a la firmeza de las FARC-EP?
Por otra parte, el desprestigio internacional de Israel y Colombia por sus crimines de guerra y las constantes violaciones a los derechos humanos de los pueblos que habitan en ambos países -genocidios acentuados en los últimos años por siniestros personajes como Ehud Olmert y Álvaro Uribe- nos permite entender que el problema es mucho más profundo.
El conflicto del Medio Oriente nos es, sin lugar a duda, muy familiar, y más; que es un conflicto mundial motivado por la decadencia del sistema capitalista.
Manifestante libanesa porta con alegría un afiche en donde se reflejan el Presidente Chávez, Hasán Nasralá y Gamal Abdel Nasser.
basemtch@gmail.com